Legislar no es un juego, es un trabajo que debería ser muy exigente, y exigido por nosotros, en donde la ley procure la justicia y el deber ser de las cosas, no solo el gusto o la permanencia en el poder.
Actualmente se educa a los hijos para que sean excelentes ciudadanos, excelentes profesionistas y hombres exitosos a la manera de un mundo superficial, consumista y ferozmente competitivo.
Cuando las clases estén a la vuelta de la esquina, el estrés sube de nivel y nos ponemos muy irritables y esto nos puede generar un ambiente difícil en casa.
Hay que obedecer las leyes en general, las normas en el trabajo, los elementos de convivencia social y una cantidad enorme de factores que te impiden hacer lo que quieras.
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