Es harto conocido que la clave del éxito de la 4T, movimiento que es propiedad a perpetuidad del inquilino del búnker en el Zócalo, radica en las soft skills que surgen del síndrome de Hamelin.
El yugo y la coyunta ha sido fuerte, intensa e inacabable, porque la candidata del oficialismo tiene claro que la intención es convertirla en un “muppet” obediente, dócil y callada.
El presidente siempre debe tener un enemigo enfrente para echarle la culpa o distraer a todo mundo con tal de quitarse de encima las críticas nacionales e internacionales.