Muchos dictadores y gobernantes que se dicen fruto de una democracia, engendran leyes que les permiten violar impunemente el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad.
La mayoría de las llamadas políticas sociales han sido herramientas para manipular a los pobres, captar votos, justificar impuestos y desviar recursos públicos, más que verdaderas soluciones al problema de fondo.
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