Las cosas, afortunadamente para el país, han venido cambiando paulatinamente, y se puede decir que, en general, el Poder Legislativo ha empezado a tomar finalmente su lugar en México.
Hoy día vemos cómo hasta los partidos políticos que antes eran enemigos acérrimos asisten a las mismas reuniones políticas ondeando cada uno su bandera y sin insultarse unos a otros.
Sería trágico que la población eligiera de nuevo como legisladores a personajes impresentables como los que eligió la vez pasada para conformar las bancadas de Morena.