A pesar de que era del dominio público que el autor de El Quijote, Miguel de Cervantes, había sido sepultado en el convento de las Trinitarias de Madrid, no se sabía con exactitud donde se hallaban sus restos.
El Diario de la destrucción que nos entrega Aguilar Camín es eso: un recuento de esos años de locura de los que todavía no salimos y estamos viviendo sus consecuencias.
La irrupción rápida y potente de la IA es inevitable, los instrumentos están para facilitar y llevar las actividades a obtener resultados antes impensables.
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