México enfrentará un 2026 turbulento: riesgos de violencia ligada al crimen organizado, presiones de EUA en el T-MEC, finanzas públicas al límite y un gobierno tentado a radicalizarse.
La reforma judicial nunca tocó la raíz del problema: la “justicia de barandilla” donde todo inicia y casi nada avanza. Hoy, la designación desde Palacio confirma un retroceso que acerca al país a una autocracia disfrazada de renovación.
La crisis de impunidad no se resolverá con fiscales a modo ni con discursos que se evaporan a la hora de votar. Si queremos un país distinto, necesitamos mayorías que respondan a la ciudadanía, no a las componendas.
Las comunidades indígenas, quienes deberían ser consultadas por ley, quedaron completamente fuera del proceso. El gobierno que dice ser humanista aprobó reformas que afectan su tierra, su patrimonio y su forma de vida.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Acepto