El legado del papa que nos deja es la unidad, la humildad y el trabajo, proteger a los más marginados y el espíritu de ayuda, elementos que todo Franciscano debería tener.
Aún recordamos el momento en que el humo blanco iluminó una noche lluviosa en Roma. De ese cónclave nació un pastor diferente: cercano, humano, congruente. Hoy despedimos al papa Francisco con el corazón lleno de gratitud.
Desde su fundación, Morena y todo lo que ese movimiento significa, se ha caracterizado por la voracidad en el poder, las ambiciones desmedidas, la traición, la ausencia total de una ética política no ideologizada.
Los populistas que nos gobiernan no construyen, no planean, no cuidan nuestros recursos, no cuidan la economía, no construyen instituciones que vayan a durar muchos años, porque lo único que buscan es ganar la narrativa de cada día.
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