Veinte años después, el 26 de enero de 1979 los mexicanos salimos jubilosos a las calles para recibir con entusiasmo y lágrimas en los ojos al primer Papa que visitó México: San Juan Pablo II.
Seguramente la jefa de Gobierno de la CDMX no comparte el sentimiento fanático de sus gobernados por el latigazo, las bofetadas y las pedradas en un evento supuestamente teatral.
Lo que está pasando con las madres buscadoras nos debería de dar vergüenza, desaparecieron dos veces a sus hijos, primero el crimen organizado y luego el gobierno.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Acepto