México enfrenta lluvias históricas que dejaron decenas de muertos y comunidades aisladas; acaso la verdadera emergencia es nuestra capacidad para prevenir y proteger a cada persona.
La mexicanísima tradición del Día de Muertos, con todo y que tiene a la muerte como principal protagonista, es una fiesta divertida que no le pide nada a extrañas costumbres importadas de pueblos muy distintos al nuestro.
El llamado relanzamiento del PAN el sábado pasado ha dado mucho de qué hablar. Eso es muy bueno, se podría decir que les resultó bien el efecto del evento.
No hay problemas “leves” en México, hay problemas serios, y tenemos que entender que lo que estamos viviendo tendría soluciones si tomaran en serio la realidad de México.
México ha vivido tragedias que deberían habernos enseñado a construir resiliencia, pero en lugar de aprender, se ha perfeccionado una coreografía de simulación. Cada desastre se convierte en un ensayo general para el teatro del poder.
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