Los datos están claros, sí, hay menos pobres, y esto es un logro del gobierno actual, pero hay que ver todo con contexto, y ser claros con la realidad que se está viendo.
El Tren Maya, lejos de ser símbolo de justicia social, se ha convertido en un catálogo de descarrilamientos, sobrecostos, baja ocupación, devastación ambiental y negocios privados que enriquecen a pocos.
El espionaje no es sólo una herramienta: es una escalera al poder, donde la astucia y la información, como predicaba Fouché, superan dinero y fuerza bruta.
Millones de mexicanos se creyeron la patraña de que AMLO y sus juniors eran humildes trabajadores de un movimiento social que querían mejorar la vida de los mexicanos.
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