Cambiar la narrativa no solo fortalecerá la imagen del gobierno, sino que también proyectará a México como un país comprometido con la seguridad de sus ciudadanos y la cooperación internacional, sin comprometer su soberanía.
El gobierno —que quiere espiarnos a todos— es incapaz de investigar el lugar donde se imprimieron los acordeones que han manchado al Poder Judicial tanto federal como local.
Muchos dictadores y gobernantes que se dicen fruto de una democracia, engendran leyes que les permiten violar impunemente el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad.
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