Nuestros estados modernos tan inclusivos, tolerantes y democráticos, buscan continuamente, en nombre de la neutralidad religiosa, cancelar todo aquello relacionado con el cristianismo.
Coyoacán, antiguo pueblo, que la Ciudad, al ir creciendo, lo envolvió hasta convertirlo en un barrio pintoresco en el cual sobresale la majestuosa iglesia de San Juan Bautista.
Aunque le duela a la presidenta, aunque nos diga carroñeros, la crítica es necesaria, y es un error del gobierno no saber recibirla, porque es cómodo decir “todo es una campaña en nuestra contra”, pero los asesinatos no son campaña, son fracasos del gobierno.
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