Claudia Sheinbaum se perfila como una continuación caricaturesca de todo lo que se ha hecho en este sexenio: corrupción, ruptura de la ley y enriquecimiento ilícito.
Ni pueblo, ni democracia, ni transparencia existieron en esta farsa electoral, que pinta de cuerpo completo a los miembros de la 4T, que se rigen solo por la voluntad de una persona.
Un grave error sería actuar igual que lo hacen los miembros de mal llamada transformación, ignorando los problemas bajo la consigna de que todo va bien.
En el sexenio obradorista se han rebasado todos los indicadores sobre los problemas de México: pobreza, desigualdad, inseguridad, desempleo, corrupción, etc.