En los gobiernos morenistas son interminables los “López-Gatell" que no han respondido ante la justicia por sus delitos contra la vida y la propiedad nacional.
Todos los días las familias mexicanas luchan por sobrevivir a la violencia, a la falta de empleo, a la carencia de atención médica y medicinas y a la deficiencia de los bienes y servicios públicos, mientras los gobernantes actúan solo como felices espectadores.
Los migrantes son, para una parte de la clase política gobernante, el pretexto para el control político de las naciones y, lamentablemente, los rehenes perfectos del populismo.
Los grupos criminales han entrado con fuerza a la vida de los niños, jóvenes y mujeres de México, ya sea porque los recluten y obliguen a integrarse a sus filas o, incluso, por el ofrecimiento de riqueza “fácil”.
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