Las mujeres que están transformando la Iglesia

Por siglos, el liderazgo eclesial ha estado en manos masculinas. Sin embargo, la segunda mitad del siglo XX y los primeros 25 años del siglo XXI han sido testigos de una transformación progresiva –y en algunos aspectos disruptiva– de la participación de las mujeres en la vida institucional de la Iglesia. Desde el magisterio de Juan Pablo II, pasando por las reafirmaciones doctrinales de Benedicto XVI, las reformas estructurales de Francisco y la consolidación de León XIV, se ha trazado un itinerario donde la voz y el liderazgo femenino no solo se han hecho más visibles, sino también más determinantes. Este reportaje narra esa evolución.

Juan Pablo II (1978–2005): La teología de la dignidad femenina

Un pensamiento fundacional: Mulieris Dignitatem

En 1988, Juan Pablo II publicó la carta apostólica Mulieris Dignitatem, donde desarrolló por primera vez una teología de la mujer desde el magisterio pontificio. En ella subrayó la dignidad única de la mujer y su vocación específica tanto en la familia como en la sociedad y la Iglesia. Más tarde, en Carta a las mujeres (1995), pidió perdón por los pecados cometidos contra ellas a lo largo de la historia.

Doctrina cerrada, apertura espiritual

El Papa polaco reiteró firmemente que la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres sacerdotes, como lo declaró en Ordinatio Sacerdotalis (1994), calificando esta enseñanza como definitiva. No obstante, su visión del papel femenino era profundamente positiva. En sus palabras:

“La Iglesia da gracias por todas y cada una de las mujeres: por las madres, por las hermanas, por las esposas… por todas ellas en cuanto mujeres”. (Carta a las mujeres, 1995)

Primeros gestos: consultoras, académicas, expertas

Durante su pontificado, mujeres comenzaron a integrarse como consultoras en dicasterios, académicas en la Comisión Teológica Internacional y representantes de movimientos eclesiales. Aún no había voz ni voto en las estructuras de gobierno, pero comenzaba un proceso de legitimación del pensamiento femenino.

Testimonio:
Mercedes Wilson, consultora en el Pontificio Consejo para la Familia bajo Juan Pablo II, expresó:

“Nos escuchaban. Éramos pocas, pero teníamos espacio para hablar desde nuestra experiencia como mujeres católicas comprometidas con la vida”.

Benedicto XVI (2005–2013): Continuidad doctrinal, mirada patrística

Reafirmación del magisterio anterior

Benedicto XVI, profundo teólogo y heredero directo del pensamiento de Juan Pablo II (del que fue estrecho colaborador), reafirmó que la exclusión de las mujeres del sacerdocio es parte del depósito de la fe. En 2012, el Vaticano reiteró que esa enseñanza tiene carácter definitivo.

Reconocimiento de la mujer en la Iglesia primitiva

Benedicto XVI impulsó una revalorización del papel femenino en la Iglesia de los primeros siglos. En varias de sus catequesis, habló de figuras femeninas como Junia, Priscila, Phoebe y Tecla, como colaboradoras misioneras y líderes de comunidades.

“La Iglesia no puede comprenderse sin el papel decisivo de las mujeres a lo largo de la historia de la salvación”, expresó en una audiencia general en 2007.

Mujeres en la reflexión doctrinal

Durante su pontificado, la teóloga alemana Marianne Schlosser fue nombrada miembro de la Comisión Teológica Internacional, uno de los cargos doctrinales más relevantes hasta entonces para una mujer. Aunque sin poder deliberativo, representaba un hito.

Francisco (2013–2025): Corresponsabilidad, reformas y liderazgo visible

Una Iglesia femenina

Francisco no modificó la doctrina sobre el sacerdocio, pero cambió la estructura eclesial para que las mujeres pudieran liderar. Declaró que “la Virgen María es más importante que los apóstoles”, y que la Iglesia misma es femenina: “Madre e Esposa de Cristo”.

Reformas concretas:

  • Praedicate Evangelium (2022): Eliminó el requisito de ser clérigo para dirigir dicasterios. Resultado: mujeres al frente de departamentos clave.
  • Nombramientos inéditos:
    • Francesca Di Giovanni (Relaciones con los Estados)
    • Sor Raffaella Petrini (Governatorato)
    • Sor Nathalie Becquart (con derecho a voto en el Sínodo)
    • Barbara Jatta (Museos Vaticanos)
  • Motu proprio Spiritus Domini (2021): permitió que mujeres sean instituidas lectoras y acólitas.
  • Antiquum Ministerium (2022): creación del ministerio de catequista, abierto a mujeres.

Participación en el Sínodo

En el proceso sinodal 2021–2023, mujeres laicas y religiosas tuvieron voz y voto, por primera vez en la historia de la Iglesia.

“Sin mujeres, la Iglesia se habría derrumbado en muchas regiones”, afirmó Francisco en Querida Amazonia.

Primer sermón femenino a la Curia

En 2024, Linda Ghisoni, teóloga laica, predicó el retiro de Cuaresma al Papa y a la Curia Romana.

“Fue un reconocimiento de la sabiduría y profundidad espiritual que las mujeres pueden aportar a la Iglesia”, declaró el cardenal Mario Grech.

IV. León XIV (2025–): Consolidación sinodal y liderazgo colegiado

El Papa del consenso

Aunque su pontificado es reciente, León XIV –electo en 2025 tras la muerte de Francisco– ha expresado su compromiso con la corresponsabilidad eclesial entre hombres y mujeres. Fue uno de los impulsores del voto femenino en los sínodos y ha confirmado a varias mujeres en los cargos donde Francisco las colocó.

Hacia nuevos ministerios

Se ha especulado con la posibilidad de que durante su pontificado se reconozcan nuevos ministerios eclesiales femeninos, como el de “coordinadora pastoral” o “guía de comunidades sin cura”, ya practicados en muchas zonas del mundo.

“La Iglesia del siglo XXI no puede seguir gestionándose sin el genio femenino”, habría comentado en una reunión privada según fuentes vaticanas.

Sor Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo, afirma:

“Hoy las mujeres ya no solo son escuchadas: deciden. Y eso cambia todo”.

La evolución del liderazgo femenino en la Iglesia Católica no ha sido un cambio brusco ni doctrinal, sino una transformación paulatina, orgánica y, sobre todo, estructural. Cuatro papas han marcado etapas sucesivas:

  • Juan Pablo II dignificó y conceptualizó la teología de la mujer.
  • Benedicto XVI reforzó su papel en la historia salvífica.
  • Francisco derribó muros institucionales y abrió cauces reales de poder y responsabilidad.
  • León XIV parece llamado a consolidar esa corresponsabilidad en la vida pastoral ordinaria.

Aunque el sacerdocio sigue reservado a varones, el protagonismo femenino en la Iglesia hoy es innegable: predican, votan, gobiernan, deciden. Lo hacen no como copia del varón, sino con su propio estilo, vocación y sabiduría

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo
comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.