El 1 de junio de 2025 se celebrará en México una jornada electoral sin precedentes: por primera vez, la ciudadanía elegirá de manera directa a ministros, jueces y magistrados del Poder Judicial. Presentado como un avance hacia la participación democrática, este ejercicio se ha tornado en una experiencia viciada, con severas irregularidades documentadas por observadores, académicos y ciudadanos. Desde boletas diseñadas para manipular el voto hasta la opacidad de los candidatos, todo apunta a que no se trata de una fiesta democrática, sino de una farsa cuidadosamente construida.
Boletas que inducen el voto: 439 candidaturas definidas antes de votar
El Observatorio Judicial Electoral, un grupo de análisis independiente formado por constitucionalistas y estadistas, reveló que 439 de las 3,202 candidaturas judiciales ya están virtualmente decididas antes de que se emita el primer voto. Según su informe, 133 aspirantes tienen el 100% de probabilidad de ganar y 201 no tienen ninguna, debido a su ubicación en boletas donde compiten en solitario o en condiciones desiguales.
“El diseño de las boletas no es neutro. En muchos casos, se presenta al votante sólo una opción por cargo. Esto transforma el voto en una mera ratificación, no en una elección”, explicó Luis Manuel Pérez de Acha, jurista y miembro del Observatorio.
Este fenómeno se ha agravado por la impresión simultánea de miles de boletas con errores de formato, nombres mal acomodados y listas que no respetan el orden alfabético, lo que distorsiona la percepción de legitimidad.
Candidatos sin rostro ni cuentas claras
Uno de los pilares de una elección democrática es la rendición de cuentas. Sin embargo, de los 38 aspirantes al Tribunal de Disciplina Judicial, solo 7 han publicado su declaración 3 de 3 (patrimonial, fiscal y de intereses). La falta de transparencia no es menor: estos cargos tendrán la facultad de sancionar a jueces y revisar fallos.
“Estoy por votar y no sé nada de las personas que van a juzgar a los jueces. Ni sus nombres me suenan”, dijo Verónica del Valle, abogada en ejercicio y profesora de derecho. “Este no es el camino hacia una justicia confiable”.
Organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) han advertido que esta opacidad abre la puerta a redes de nepotismo y conflictos de interés, sobre todo si los candidatos son propuestos o impulsados por partidos en el poder.
Acarreo, clientelismo y coacción del voto
Uno de los casos más documentados se registró en Nuevo León, donde el gobernador Samuel García, afín a los proyectos del oficialismo, ha sido señalado por promover capacitaciones en horario laboral con burócratas estatales para inducir el voto hacia candidatos específicos.
Se han filtrado imágenes de “acordeones” con instrucciones específicas para sufragar. La Comisión Estatal Electoral no ha desmentido los señalamientos, lo cual genera dudas sobre la integridad del proceso.
“Esto no es democracia directa, es control vertical desde los gobiernos estatales. Si el acarreo es la estrategia, ¿dónde queda la libertad del elector?”, denunció Norma González, observadora electoral en Monterrey.
Un pueblo desinformado y rebasado
De acuerdo con una encuesta nacional realizada por Enkoll para El País y W Radio, el 86% de la población sabe que habrá elecciones, pero solo el 48% conoce la fecha exacta y un 77% no identifica a los candidatos.
El mismo estudio indica que, en promedio, cada persona debería revisar entre 70 y 90 perfiles individuales, lo cual, con apenas cinco minutos de lectura por cada uno, implicaría entre 15 y 18 horas de análisis, algo inviable para el ciudadano común.
“Recibí un papel con nombres y me dijeron que votara por esos. ¿Quiénes son? No lo sé. Pero trabajo, cuido a mis hijos y no tengo tiempo para investigar”, dice María López, trabajadora de intendencia en Monterrey.
El vacío legal: ¿qué pasará con los jueces electos bajo estas condiciones?
Varios especialistas, como el constitucionalista Pedro Salazar Ugarte, advierten que esta elección judicial puede tener consecuencias graves pues los nombramientos hechos bajo procesos viciados pueden ser impugnables. Pero lo más preocupante es que socavan la credibilidad de la justicia.
Además, organizaciones como Fundar y Artículo 19 han pedido suspender la elección o reconfigurarla completamente, ya que consideran que no cumple con los principios mínimos de legalidad, transparencia y equidad.
De la democracia a la simulación
El ejercicio del 1 de junio representa más un retroceso que un avance. No se trata sólo de boletas mal hechas o de candidatos desconocidos: es una muestra del riesgo de utilizar la democracia directa como fachada para el control político del Poder Judicial.
Si no hay garantías mínimas de información, libertad y transparencia, el voto se convierte en un instrumento de legitimación artificial, no en una herramienta de transformación.
La sociedad civil, los medios, la academia y los organismos internacionales deben alzar la voz antes de que este modelo se replique. Porque la justicia elegida sin justicia, no será justa.
- 3,202 cargos judiciales en juego (ministros, magistrados, jueces).
- 439 candidaturas con resultado predefinido por diseño de boleta.
- 7 de 38 candidatos al Tribunal de Disciplina han hecho pública su declaración 3 de 3.
- 77% de los votantes no reconoce a los candidatos.
- 15 a 18 horas requeriría un análisis mínimo de todos los perfiles.
“Nunca he votado con tanta desconfianza. Sé que no elijo nada, solo marco lo que ya está decidido.” — Raúl Martínez, contador en la CDMX.
“Nos citaron a una junta en el trabajo y nos dieron los nombres de por quién votar. ¿Eso es libertad?” — Jazmín Herrera, empleada estatal en Monterrey.
“Esto no es justicia ciudadana. Es un teatro electoral con guion escrito desde Palacio.” — Carlos Nava, ex juez federal y defensor del sistema de méritos.
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