La necesaria necedad

APUNTE

El destacado politólogo Aminadab Pérez Franco (1) formuló un comentario que da origen a nuestra columneja: Lo que urge parar en México es la acumulación del poder, el odio al que piensa distinto y el empobrecimiento de la mayoría, incluida la Clase Media @andresmanuel.

Pérez Franco está en lo cierto y la gente que tiene tres centímetros de cerebro también coincide. El problema no está en el planteamiento sino en la ejecución e interpretación que se hace desde el búnker del zócalo capitalino, de cada uno de los hechos identificados en los días recientes.

COINCIDIR

El escribano coincide con Ciro Gómez Leyva, cuando señala un par de asertos: Después del atentado que sufre el periodista, el presidente expresa “su solidaridad” y cinco minutos después, le lanza “un escupitajo a la cara”; y en menos de 72 horas, el macuspano redobló las descalificaciones.

Y, por otro lado, Gómez Leyva definió como parte de la naturaleza del hombre que vive en Palacio, la ofensa, la amenaza, la descalificación y un “derecho de réplica” que, ciertamente, es inexistente entre el periodista y el funcionario.

En adición, el comunicador precisó que él, no tiene “diferencias” con el presidente, porque solo hace periodismo.

Lo que queda claro es que el tabasqueño tiene una necesidad de pleito, de gastar su pólvora en infiernitos que lo mantienen en los medios, aunque esa necesidad lo lleve a estructurar necedades eventualmente enfermizas y fantasmagóricas.

LA NECEDAD COMO NARRATIVA

La continua necedad de exhibir –con recursos públicos y bajo el pretexto pueril de su “derecho de réplica”- a quienes no piensan como él, lo ha llevado a poner en la mira, de los criminales por encargo y/o miembros del crimen por lambisconería con el régimen, a no pocos comunicadores y a sus familias.

Sin duda, se trata de una necesaria necedad presidencial.

Lo volvió a hacer al comentar desde su púlpito, la figura de los líderes de opinión y comunicadores que suscribieron una carta dirigida al presidente (2)

Fueron 177 personas los abajo-firmantes, pidiendo al mandatario cesar las descalificaciones hacia la prensa, ya que todas las emanaciones de odio se ‘incuban y nacen’ en Palacio Nacional.

¿Por qué solicitarle al mandatario detener los hostigamientos contra la prensa? Simple: Porque luego de que el mandatario insistiera en su ‘mañanera’ que podría existir un autoatentado detrás del ataque al conductor Ciro Gómez Leyva (3), la necedad volvió convertirse en narrativa.

La urgencia de hablar de su permanente sensación de ser el perseguido, la víctima de un enemigo siempre oculto, como dice Enrique Krauze en “El pueblo soy yo”, volvió a emerger. Y “para amolarla de acabar”, la rupestre y solícita actitud de tapete de Epigmenio Ibarra para hablar de “la prensa conservadora” atacando al presidente, es una batalla dispareja, porque el mandatario “solo tiene una mañanera” y los conservadores son dueños de periódicos, televisoras y radiodifusoras. En consecuencia, “pobre presidente”

Como bien señaló Gómez Leyva: “Allá el presidente y sus necesidades”

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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