Control de la agenda

Si realmente quiere la oposición capturar las mentes y los corazones de la mayoría de los votantes, tiene que crear propuestas atractivas que entusiasmen a la ciudadanía.



Desde el 2018-2019 la presidencia ha monopolizado la agenda pública, casi sin excepciones. El tema de la violencia contra la mujer, la inseguridad y la escasez de medicamentos, la situación de los médicos y unos pocos más, son temas que no han sido propuestos por la presidencia. Y esos temas no han sido puestos en la agenda por la oposición sino por la ciudadanía. Son asuntos que la oposición no ha recogido.

No puede hablarse de un abuso del Ejecutivo. Todo presidente tiene un puesto de primera fila en la comunicación a la ciudadanía. Ha sido la oposición quien no ha encontrado temas que proponer. Lo único que se les ocurre es atacar al presidente y su agenda con lo cual le hacen un gran favor. Como dicen algunos artistas y publicistas, “que hablen de mí, aunque sea mal”. Es claro que le hacen propaganda, hacen que se hable de sus ideas y muestran que Andrés Manuel está pensando en soluciones. Como sólo saben reaccionar, validan los epítetos de reaccionarios y conservadores que el Ejecutivo les endilga.

En el tema de la reforma electoral, después de la propuesta presidencial empezaron a surgir a posteriori planes de los partidos. Uno se pregunta: ¿por qué no habían puesto esos temas en la agenda desde antes? Tal parece que estuvieron esperando a que el presidente lo intentara poner a discusión, para ellos presentar sus propias ideas. Y hay un gran número de temas que podrían ser parte de la agenda y que la oposición estuvo esperando antes de presentarlas. Y que, claramente, todavía no han hecho una contrapropuesta interesante. Solamente han criticado lo propuesto por Morena.

Por ejemplo: no tienen propuestas para mejorar la recaudación fiscal, un tema fundamental que hace que todo Gobierno pueda tener los recursos suficientes para atender las necesidades de la ciudadanía. No dan soluciones para reducir la inflación: tal parece que sólo se les ocurre criticar el programa propuesto por Morena, el PACIC. Se extrañan ideas para mejorar la seguridad: sólo se les oye criticar el tema de la Guardia Nacional, pero sin que haya una propuesta coherente que pudiera ser mejor que la idea de la 4T. Por no hablar del tema de la salud.

Bueno: claramente siempre será más fácil criticar que proponer soluciones. Y no quiero decir que no haya nada de criticable en las propuestas que este Gobierno está llevando a cabo. Pero, si realmente quiere la oposición capturar las mentes y los corazones de la mayoría de los votantes, tienen que crear propuestas atractivas que entusiasmen a la ciudadanía.

Es claro que esto no es sencillo. Requiere de una gran creatividad, pero también requiere de una gran cercanía con la ciudadanía. Claramente se requiere cambiar el concepto: de una narrativa negativa, basada en encontrar defectos y fallas al Gobierno actual, a una narrativa de innovación, de propuesta, Y claro, esto requiere también de una ciudadanía que deje de quejarse, de hacer chistes y de criticar, para dedicarse a proponer nuevas ideas. Cómo se dice en la técnica de las tormentas de ideas: “Si crees que una idea es mala, no la critiques: presenta una idea mejor”.

Seguramente a estas alturas usted estará pensando que yo estoy cayendo lo mismo que critico, y le doy la razón. Creo, sin embargo, que es necesario sacudir a la oposición que tenemos y hacerles ver que por ese camino no vamos a ningún lado. Creo que sería necesario hacer una amplia autocrítica de los gobiernos anteriores, reconociendo sus fallas y mostrando que ellos tienen posibilidad de crear ideas y propuestas diferentes. No pueden seguir creyendo que la ciudadanía desea regresar a los tiempos anteriores, de corrupción, ineficiencia, autoritarismo y muchos otros defectos más.

Sería también necesario crear organismos intermedios: centros de reflexión, Think Tanks como se dice en el inglés internacional. Reunir a especialistas en temas sociales, económicos y políticos, generalistas en temas sistémicos y de largo plazo. De los cuales sin duda hay abundante oferta de pensadores mexicanos, casi irremediablemente desorganizados. Luego habría que tener medios para difundir los resultados de estos organismos y proveer los fondos necesarios para sostenerlos. Y los fondos existen: los partidos políticos reciben cantidades importantes de dinero que muchas veces se desperdicia en pintas de bardas y los famosos pasacalles, que hacen poco más que aturdir al votante y contribuir a la contaminación visual y física de nuestro entorno.

Desgraciadamente, no se ve en nuestra oposición una intención sólida de poner remedio a este tremendo ayuno de ideas al que nos tiene sujetos la clase política. ¿Será acaso que necesitarán ver que no basta con que se vaya AMLO para que la población entusiastamente pida a los antiguos partidos que vuelvan al poder? ¿Qué se necesitará para que los votantes se convenzan de que los problemas que está atendiendo la 4 T, no necesariamente de la mejor manera, pero, finalmente atendiéndolos, pueden resolverse de mejor modo? Mientras, los opositores (es un decir), no están proponiendo soluciones diferentes ni poniéndolas en práctica en los pocos gobiernos que todavía administran. A riesgo de aburrirlos, estimados lectores, creo que la solución está en los sin poder. Gente como usted y como yo.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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