Las manifestaciones en la UNAM con el objetivo de que Ricardo Anaya no imparta un diplomado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales son reprorables e indignantes para la comunidad universitaria.
Nada por encima de la ley. Siempre que no se trate del presidente. AMLO ha modificado la ley para su conveniencia; sin embargo, esto no aplicó para Porfirio Muñoz Ledo.
Con más frecuencia, los seres humanos tomamos con ligereza e insensibilidad la violencia que se vive en el mundo.
Estar de acuerdo en que se castigue a quienes atacan a las mujeres no es estar en contra de que se sancione a quienes pintaron los monumentos.
Así las cosas: para el presidente, todos los triunfos que benefician a México o a los mexicanos son gracias a su gobierno y todo lo malo es culpa de los gobiernos pasados.
A ningún presidente le toca hablar para ganar seguidores, la tarea para la que se postularon es gobernar, haciendo lo posible por mantener unido a su país.
Con el avance de la tecnología y la difusión del conocimiento científico se han perdido valores que hacían que los humanos se preocuparan por el otro.
La postura que expresó el rector de la Universidad Iberoamericana es clasista y anticristiana; sin embargo, en lo que acierta es que depende de todos el rumbo de México.
La reflexión es el primer paso para no repetir errores, para entender lo que sucede, y es también de lo que carece el ser humano, hoy en día.