El yugo y la coyunta ha sido fuerte, intensa e inacabable, porque la candidata del oficialismo tiene claro que la intención es convertirla en un “muppet” obediente, dócil y callada.
El presidente siempre debe tener un enemigo enfrente para echarle la culpa o distraer a todo mundo con tal de quitarse de encima las críticas nacionales e internacionales.
Este sexenio pasará a la historia como el modelo de incompetencia, ocurrencias, administración por intereses ideológicos de corrupción y poder político a costa de lo que sea.
Sheinbaum no levanta, no trae narrativa propia, solo repite la misma jerigonza de quien la puso ahí porque no hay plan de gobierno, no hay oferta política
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