Que nos sirvan estos días para recuperar nuestros “motivos espirituales”, para amar a nuestro país y ser solidarios con un México que necesita que emprendamos un camino de lucha.
Todo el proceso está manchado, por decirlo de manera eufemística, y el responsable se llama Arturo Zaldívar, quien acordó la maniobra con el presidente.
El huracán Otis destruyó a Acapulco, pero también desenmascaró la desintegración social y política que ocasiona el crimen organizado y la falta de autoridad.