Es indignante que en un país donde el derecho a recibir medicinas era parte de la vida diaria, hoy se ignore esta necesidad con la arrogancia y la soberbia propia de los funcionarios morenistas.
El gobierno —que quiere espiarnos a todos— es incapaz de investigar el lugar donde se imprimieron los acordeones que han manchado al Poder Judicial tanto federal como local.
El ciudadano prefiere quizás vivir con seguridad incluso a costa de su libertad. Pero ni el legislador ni el poder público pueden optar por la “Seguridad” y, al mismo tiempo, anular las libertades.
Es increíble que el gobierno de Morena no sea capaz de tomar el tema de la defensa de nuestros migrantes como punto de unidad para la oposición y el gobierno.
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