Sin presupuesto, no hay plan. Mientras el Congreso repartía 18 mil millones en bolsas partidistas, Michoacán no recibió un peso específico para su recuperación.
La paz no se decreta: se financia, se mide y se construye con la gente.
Mientras México llora a otro servidor público asesinado, el presupuesto castiga a la salud, la educación y la cultura. No hay paz posible si el Estado abandona tanto a los vivos como a la memoria de los que cayeron por defender sus ideales.
Desde la Cámara de Diputados: semana de retrocesos y más cargas
Desde hace un mes he advertido sobre los efectos regresivos de las reformas al juicio de amparo: todo para proteger a la autoridad, nada para proteger a los ciudadanos.
Aunque el Senado aprobó algunos cambios, las restricciones clave se mantienen. El Juicio de Amparo sigue debilitado, reflejando un patrón: reformas que priorizan a la autoridad y dejan desprotegidos a los mexicanos.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Acepto