En el mundo real de la política y del gobierno de nuestro querido México, pareciera que estamos viviendo un cuento, pero no de hadas cual nos dicen todos los días desde la mañanera, sino de terror, y más en materia de seguridad y procuración de justicia.
Hacia el año 2014, motivados por la desconfianza que los ciudadanos teníamos del desempeño de la entonces Procuraduría General de la República, principalmente por la falta de transparencia en su actuar y una sospechosa falta de resultados, esto acrecentado por la evidente falta de autonomía ante los poderes Ejecutivo y Legislativo, fue reformado el artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para crear el órgano hoy conocido como Fiscalía General de la República (FGR), teniendo como su principal resultado el otorgar y garantizar constitucionalmente la autonomía de esta institución encargada de investigar y perseguir los delitos del orden federal.
Tras años de análisis, discusiones, consensos y debates, el cambio se concretó hasta el 20 de diciembre de 2018 con la publicación de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República, esto ya durante el gobierno del entonces presidente López Obrador.
Unos días después, ya con la nueva legislación y a propuesta del presidente López, el Senado de la República eligió el 18 de enero de 2019 como primer Fiscal General de la República a Alejandro Gertz Manero, no sin antes darse un cruento debate en la cámara, motivado por la amistad existente entre el presidente de la república y el fiscal, lo que hacía suponer a los opositores que la independencia de la FGR estaría viciada. De ahí que se afirmara que el electo sería un “fiscal carnal”.
Y tal cual fue el desempeño de Gertz, siempre en coordinación y apoyo al ejecutivo federal, como si la reforma constitucional de independencia que le otorgaba la Constitución fuera letra muerta.
Además, la fiscalía, en esta su primer etapa, deja más dudas y pifias en su actuar que resultados, los casos más sonados fueron un verdadero fracaso y no pasaron de ser distractores de impacto mediático, y nunca podrán ser tomados como ejemplo de la búsqueda de justicia en nuestro país, ahí están como ejemplo las históricas acusaciones y detenciones de ex secretarios de Estado como Rosario Robles por “la estafa maestra” o Emilio Lozoya Austin por el caso “Odebrecht” en los que no se lograron sentencias condenatorias ni la reparación del daño, u otros sonados casos como el del empresario Alonso Ancira o el abogado Juan Collado, que finalmente quedaron libres dado que Gertz no pudo sostener sus acusaciones ante los tribunales.
La salida del fiscal carnal de la FGR se debería de haber dado por muchas de las causas graves a que se refiere la Ley de la materia, pero no, al estilo del viejo PRI, lo que se vio fue una negociación absurda que viola la ley, y su renuncia no fue jurídicamente justificada, sino que resultó a cambio de ser enviado a una Embajada.
Lo peor de todo lo vivimos en el procedimiento de elección de su sustituta al frente de la FGR, pues desde un principio se sabía que la voluntad de la presidente Sheinbaum era que fuera su amiga y socia política Ernestina Godoy Ramos, reafirmando que quien fuera fiscal debería ser de las confianzas del ejecutivo, antes de tener la capacidad y la independencia que refiere la Constitución.
Verdaderamente, todo el proceso de elección fue una burla, todos sabíamos que a final de cuentas Godoy sería electa fiscal, pero hubo otros 43 incautos o vendidos que como comparsas se registraron ante los senadores para contender por el cargo, luego los senadores enviaron a la presidente una lista de 5 hombres y 5 mujeres, incluida Godoy, para que, de ahí, ésta les regresara una terna, que hizo incluyendo a Godoy, desde luego.
Mención aparte merece la absurda respuesta de la presidente cuando anunció que la terna que enviaba se componía solo de mujeres y fue cuestionada por ello, pues lejos de hablar de capacidad e idoneidad en el cargo, solo expresó: “es tiempo de mujeres”. Sobre esta y otras acciones discriminatorias ya estaremos escribiendo en otra ocasión.
Es increíble que a Godoy se le dejase pasar al momento de su comparecencia ante el Senado, que en su primera declaración al ser mencionada como posible sustituta de Gertz afirmara: “estoy lista para defender a la 4t”, pues esa no es la función de la Fiscal General de la República, las atribuciones se señalan claramente en el artículo 102 de nuestra Constitución. Tan solo esta afirmación la muestra como no elegible como fiscal.
En el proceso de selección de la fiscal,ya sabíamos también el servilismo con el que los senadores del régimen cuatrotero habrían de actuar, pero, la actuación de los grupos parlamentarios de la oposición fue decepcionante.
No es posible que MC presumiera que le dio sus votos a Godoy a cambio del compromiso de cumplir con sus obligaciones constitucionales y legales, caray, esa sería su obligación.
Es decepcionante que senadores del PAN votaran a favor de la candidata oficial o bien votaran en abstención, pues el procedimiento fue una total burla a la constitución y al estado de derecho y tira a la basura el espíritu del constituyente permanente de garantizar la independencia de la FGR del ejecutivo.
Fácil, si a los señores senadores no les parece que la constitución garantice, al menos en el papel, la independencia del órgano de procuración de justicia del ejecutivo, pues modifiquen el artículo 102 constitucional y dejen de burlarse del pueblo de México.
Es mi opinión, mientras en los hechos, los políticos en el poder y sus opositores no respeten el espíritu de nuestra Carta Magna y sigan aprobando el contubernio de poder, seguiremos viviendo en un país en donde la voluntad presidencial sigue siendo más importante que el estado de derecho.
Y está probado que un país presidencialista se acerca peligrosamente a una dictadura.
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