Tiempo libre vacaciones

El tiempo libre de los hijos en vacaciones

El tiempo libre no está vinculado con trabajo profesional, obligación o necesidad. Los chicos suelen esperar las vacaciones con ilusión, y será un tiempo oportuno para convivir en familia, para frecuentar amistades, visitar otros lugares, aprender otras actividades… en vacaciones suele haber un tiempo no estructurado, en el que los chicos inventen sus propios juegos, o se diviertan haciendo lo que les gusta. 



 

El juego es una oportunidad para pasarla bien juntos. En este punto una recomendación importante sería que los juegos no aíslen a los niños, porque las nuevas tecnologías ofrecen algunos videojuegos o aplicaciones al celular que lejos de favorecer las potencialidades de los hijos, actúan limitando su contacto con las personas que le rodean y con el mundo real, causando cierta adicción, porque con tal de romper el récord, de subir de nivel o ganar se sienten estimulados a continuar jugando, sin tener noción del tiempo que invierten en ello. Conviene fijar horarios para que no pasen todas las tardes enfrente de una pantalla.

Otras actividades como las expresiones artísticas, la lectura, y otros juegos improvisados por los niños suelen ayudarlos a desarrollar su creatividad.

Los deportes mejoran su condición física y su pericia; las visitas culturales breves pueden hacerles atractiva y fácil la historia, abriéndolos a conocer mundos lejanos geográfica y temporalmente.

Algunos niños creen que vacaciones es: “No hacer nada”, pensando que en no haciendo nada o en “hacer sólo lo que se me pegue la gana” encontrarán la mayor diversión. Y luego se descubren aburridos y molestos.

Conviene ayudarles a descubrir que descansar es cambiar de actividad y no necesariamente “no hacer nada” y menos durante varios meses, y que “hacer lo que se me pegue la gana” no puede ser un programa de vacaciones, porque la convivencia requiere cooperación, convivencia y a veces esfuerzo.

Un niño se descubre mucho más contento cuando ha hecho algo por los demás, que cuando sólo ha buscado cumplir sus caprichos todo el día sin ceder en nada; aunque el servicio  prestado sea pequeño y la tarea sencilla. 

Cuando el niño piensa en otros y les ayuda tiene una gran satisfacción; descubre la conexión entre amor y servicio. Amar es querer el bien del otro; este querer ha de ser eficaz y no quedarse en mero deseo, ha de culminar en obras concretas. El bien que el otro necesita suele requerir esfuerzo. Nosotros amamos, no con meros sentimientos, sino con actos concretos que logran un bien para la persona amada. 

Así, en vacaciones hacer un postre para abuelita, cocinar el platillo preferido de papá, sembrar plantas de ornato para que se vea bonito el jardín, o deshierbarlo, cortar el pasto, ordenar un espacio, pueden ser pequeños trabajos que serán muy gratificantes si se hacen por amor.

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* Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen necesariamente la posición oficial de yoinfluyo.com


 

 

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