El gobierno entreguista

El gobierno mexicano está muy lejos de enfrentar al gobierno de Donald Trump como se había prometido en campaña, pues ahora se puede ver a Andrés Manuel López Obrador como cobarde al no responder los mensajes de Trump, y mientras AMLO pretende no caer en provocaciones Trump pierde el respeto al gobierno de México.


La relación bilateral entre México y Estados Unidos


Dentro de las muchas mentiras y contradicciones por parte del ejecutivo del gobierno de México se puede observar aquella que al tenor decía; “Si Trump se mete con México, ahí me tendrá respondiéndole”, vía Twitter.

Nada más alejado de la realidad. Cierto es que hay un distanciamiento tácito hacía Estados Unidos en el momento que se invitó al tirano de Venezuela, Nicolás Maduro, a la toma de protesta en México del primer mandatario. Aunado con la postura neutral de México, bajo la vieja Doctrina Estrada, con lo que sucede en ese país hermano.

También hay una relación ríspida en materia de inmigración ya que, mientras el presidente norteamericano cerró frontera, el mexicano ofreció trabajo a los millones de migrantes centroamericanos que llegaron a nuestro país, máxime cuando no hay empleo aquí.

La primera bravata fuerte la dio el presidente norteamericano el pasado 28 de marzo cuando, vía Twitter, arremetió contra nuestro gobierno diciendo que no hacíamos nada en contra de los migrantes. “Hablan mucho pero no hacen nada”, añadió Donald Trump.

La respuesta del gobierno fue lo más patética y cobarde que pudo hacerse cuando en la conferencia de prensa se habló de que es respetable esa postura y que prefieren respetar. No faltaría el circo demagogo y populista cuando en un mitin con acarreados afines al régimen levantaron con pezu…perdón, mano a fin de votar si el presidente no debía contestar y era mejor respetar.

De por sí el presidente Trump ya había demostrado que no respetaba a nuestro presidente cuando el año pasado le llamó “Juanito Trump”. Y es que el norteamericano, no será santo de mi devoción, pero si le reconozco que ladra mucho para negociar alto, a diferencia del presidente mexicano que ladra tras su cola, no sabe lo que quiere.

Y es que, en las negociaciones del famoso Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá conocido como TEMEC, no fueron de lo más favorable. Mientras el gobierno piensa que el equiparar las condiciones laborales entre la industria automotriz mexicana con la norteamericana, a 3 años, fue una gran victoria a favor de los trabajadores.

Nada dista más de la realidad, se perderá competitividad en este sector y se hace lo que buscaba el presidente norteamericano, que las fábricas se queden en territorio norteamericano. Aquí aumentará el desempleo.

Otro punto reciente es el arancel del 17.5% al tomate mexicano que afectará fuertemente a nuestros productores. El gobierno no estará de acuerdo, seguramente, pero mantendrá su cobarde actitud de respeto y entreguismo con el riesgo de que se pueda caer el TEMEC.

Ya no quiero hablar de la cancelación del Programa Paisano que dejará sin apoyo a nuestros connacionales que nos visiten en temporada de vacaciones perdiendo así un buen ingreso por remesas.

De esta manera el gobierno del ejecutivo dista mucho de su campaña cuando como porro universitario ofrecía responder duramente a Trump y no dejarse y ahora tener una postura por demás cobarde y entreguista mientras que el presidente norteamericano nos pierde todo respeto como país y como gobierno.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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