Si Trump no le dio la mano a la canciller alemana Ángela Merkel, al recibirlo en Berlín, conducta por demás antidiplomática, de patán, o como quiera llamársele, ¿qué espera a Peña Nieto ante su odio irracional a México? ¿Que Videgaray pueda ablandarlo?
Merkel es líder de Alemania y la Unión Europea; él la menospreció y ofendió, y con ella a su país y a las 28 naciones de la UE. ¿Qué espera al amedrentado presidente mexicano, que no quiere actuar con dignidad y energía ante él, que hace tiempo le tomó la medida?
Desde cuando lo trató como jefe de Estado en su impensable visita a México, invitado por él, en plena campaña presidencial, Trump no mostró el mínimo respeto, pues esa misma tarde, apenas regresó a Arizona, gritó que México pagaría el muro fronterizo.
¿No fue claro el repudio de Trump a Peña cuando lo desinvitó a la Casa Blanca, al decirle que, si no iba a pagar el muro, mejor no fuera? En Los Pinos propalaron la versión de que EPN fue quien decidió no ir a Washington, pero fue clara la reperiqueta trumpiana.
La Casa Blanca filtró que Donald dijo a Peña en una charla telefónica que, como no podía controlar los bad hombres, él enviaría a México su ejército a combatirlos.
El gobierno mexicano negó que se hubiera tratado el tema, pero a nadie convenció, y quedó como cierto lo filtrado en Washington.
También se dijo que en tal plática el delirante Donald se había comprometido a ya no mencionar el muro; mas de inmediato volvió a citarlo y se cansa de restregárnoslo; ya lanzó la licitación para construirlo y aun empresas mexicanas quieren participar, por ser mayor su afán de lucro que el respeto a su país.
Cuando venían en vuelo sus secretarios de Seguridad y de Estado a su reciente visita a México, él insistió en que enviaría sus tropas, y el primero, John Kelly, se vio obligado a desmentir por elemental cortesía.
Pero nadie le creyó, pues de todos modos su jefe hará lo que quiera, por eso ya le han renunciado varios miembros del equipo; ni al Poder Judicial respeta: cesó a un juez federal de Broklin por oponerse a su decreto antimigrantes. Como otros jueces insisten en rechazarlo, dijo que acudirá a la Corte Suprema, y espera que el Senado le apruebe un magistrado incondicional para tener mayoría en el Alto Tribunal.
Así o más claro es que Trump tratará de avasallar a México con su muro, su política migratoria y la revisión del TLC; ni su yerno Jared Kushner, esposo de Ivanka, el amigo de Videgaray, lo frenará.
Como dice Carlos Angulo: No olvidemos que nuestra gran fortaleza es lo que podemos hacer hacia el interior los mexicanos para mejorar nuestra competitividad, y señala estos puntos:
1. No adelantarse a las negociaciones.
2. Esperar pacientemente a que digan ellos qué quieren.
3. Encontrar aliados en Estados Unidos.
4. No tener miedo a la cancelación del TLCAN.
5. Usar nuestras fortalezas en los productos agrícolas.
6. Aprovecharlas en la apertura energética.
7. Emplear las palancas en el control de seguridad continental.
Los actos de Trump revelan desviaciones mentales, por eso diario aumentan en el mundo los psiquiatras y psicólogos que estiman que está mal de sus facultades.
Además, después que las agencias de inteligencia de EU concluyeron que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó una operación para dañar la candidatura de Hillary Clinton, el director del FBI, James Comey, informó que su agencia investiga si miembros del equipo de Trump se aliaron con Rusia para eso.
Recordar que hace poco se supo que varios de ellos y el yerno Jared Kushner tuvieron tratos con funcionarios moscovitas antes de los comicios. El Senado descubrió que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, negó haber tenido esos nexos, para que lo ratificara.
Cada día, pues, se descubren más trampas que empleó Trump para ser presidente, que son argumentos para que el Congreso lo deponga. Ni así evita incurrir en más locuras.
Se reafirma que nuestro gobierno yerra el camino para negociar con él con buena fe y entendimiento.
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