Busca intensificar aplicación de vacunas de enfermedades prevenibles

De las más de 890 millones de dosis de la vacuna anti-COVID-19 que se han administrado a nivel mundial, más del 81 por ciento se ha suministrado en países de ingresos altos y medianos altos.



Al inicio de la Semana Mundial de la Inmunización, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi) lanzaron la Agenda de Inmunización 2030, un plan integral para maximizar el impacto de la vacunación durante la próxima década, en la que pidieron a los gobiernos, industria farmacéutica, científicos y donantes intensificar los esfuerzos para que los niños en el mundo reciban vacunas no solamente para prevenir el coronavirus, sino otras enfermedades.

La directora ejecutiva de la Unicef, Henrietta H. Fore, aseguró que aunque las vacunas anti-COVID-19 representan la mejor esperanza de regresar a una vida “normal”, es importante señalar que millones de niños en todo el mundo no tienen acceso a vacunas para ninguna enfermedad prevenible, lo que no es una “normalidad” a la que debamos volver.

Agregó que la Agenda de Inmunización 2030 es una ambiciosa estrategia global para maximizar el impacto de las vacunas. Nuestro objetivo es salvar aproximadamente 50 millones de vidas, reducir a la mitad el número de niños que reciben cero dosis de vacunas y lograr una cobertura del 90 por ciento para las vacunas clave durante la próxima década.

Mencionó que aún antes de la pandemia, en el mundo se estaba perdiendo terreno en la lucha contra las enfermedades infantiles prevenibles, al dejar de recibir vacunas críticas 20 millones de infantes.

Indicó que a un año de presentarse la pandemia de COVID-19, se está en proceso de recuperación del terreno perdido.

Reconoció que si bien ha habido avances desde el pico de los bloqueos mundiales, los servicios de inmunización de rutina siguieron interrumpidos en el 37 por ciento de los países que respondieron en el primer trimestre de 2021.

Henrietta H. Fore mencionó que en el caso de la Unicef, que es el mayor comprador y proveedor mundial de vacunas, tuvo una disminución de entrega de las mismas, pues mientras en 2019 las dosis fueron de dos mil 290, al año siguiente esta cifra cayó a dos mil 10 millones, lo que calificó como un logro teniendo en cuenta los bloqueos globales sin precedentes y su impacto en la entrega de suministros.

Por otra parte, la directora de la Unicef dijo que durante los últimos meses hemos expresado repetidamente nuestra profunda preocupación por la distribución desigual de las vacunas anti-COVID-19. La OMS dijo la semana pasada que de las más de 890 millones de dosis de la vacuna anti-COVID-19 que se han administrado a nivel mundial, más del 81 por ciento se ha suministrado en países de ingresos altos y medianos altos.

“Esto no solo es injusto, también es imprudente, porque una amenaza en cualquier lugar es una amenaza en todas partes, especialmente con el preocupante aumento de variantes”, afirmó.

Además, señaló que para las personas que viven en los países donde 20 millones de niños ya se están perdiendo las vacunas que salvan vidas, tampoco es sorprendente. Las vacunas siempre se han distribuido de forma desigual.

Henrietta H. Fore consideró que ahora es el momento de cambiar esta situación. “Podemos aprovechar este momento único en el tiempo para dar un impulso a largo plazo para lograr finalmente el acceso universal a las vacunas de rutina y una atención primaria de salud más amplia”, recalcó.

La Unicef pidió a los gobiernos que den prioridad al fortalecimiento de los sistemas de salud en los países más pobres, para lo cual se requiere incrementar la inversión global y nacional para continuar entregando vacunas y otros servicios críticos para los niños más vulnerables, y para garantizar una atención universal, accesible y de calidad a largo plazo.

“Pedimos a los gobiernos que protejan los presupuestos de ayuda y cumplan los compromisos existentes, que apoyan los servicios de salud infantil que salvan vidas, incluida la inmunización de rutina, la nutrición y la salud materna”, señaló.

También aseguró que es importante incrementar las inversiones en investigación e innovación, desarrollo y entrega de vacunas, enfocándose en las necesidades de los desatendidos.

“La industria farmacéutica y los científicos, en colaboración con los gobiernos y los donantes, deben continuar acelerando la investigación y el desarrollo de vacunas, garantizar un suministro continuo de vacunas asequibles para satisfacer las necesidades globales y aplicar las lecciones de COVID-19 a otras enfermedades”, consideró.

Finalmente, indicó que deben tomarse medidas para asegurar que los padres y cuidadores confíen en los trabajadores de la salud y presten atención a sus consejos sobre la vacunación de sus hijos contra enfermedades prevenibles.

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