El gobierno traiciona los derechos de migrantes

La Iglesia Católica ha expresado su preocupación ante los abusos hacia las personas migrantes, después que la actual administración brindaba hasta visas temporales, hoy las fronteras del país son vigiladas por la Guardia Nacional para impedir su paso.


Migrantes en la frontera queriendo ingresar o salir de México / Guradia Nacional cuidando las fronteras


La cancelación de imposición de impuestos a las importaciones mexicanas tiene un alto costo: pisar la dignidad de las personas que huyen de sus países por las condiciones inhumanas en las que vivían en su lugar de origen.

Como parte de la negociación acordada con el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, para que no se aplicaran aranceles de 5% a las importaciones mexicanas, la actual administración se comprometió a disminuir el flujo migratorio al país del norte.

Ello implicó el despliegue de miles de elementos de la Guardia Nacional para vigilar las fronteras del norte y del sur de México, a lo cual la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) calificó como una “solución fallida para frenar la migración”.

Hace apenas algunos meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador había ofrecido visas de trabajo para los migrantes centroamericanos, así como facilidades para regularizar su situación legal por el paso por México. Cambió de opinión.

Ante esta situación, la Iglesia Católica ha emitido un mensaje en el que expresa su preocupación por el actuar del gobierno de López Obrador con respecto a las personas migrantes.

Además, la CEM también denuncia hostigamientos, criminalización e impedimento de labores de asistencia a los protectores y defensores de los derechos humanos de las personas migrantes por parte de la Guardia Nacional, la Policía Federal y una fiscalía estatal.

En el comunicado titulado “Dignidad de los migrantes” firmado por la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Dimensión de Movilidad Humana, los obispos lamentan que la dignidad de los migrantes como personas, está siendo vulnerada al ser “cambiada por un plato de lentejas”.

Los obispos exponen que ante la falta de una política migratoria efectiva en nuestro país, el gobierno mexicano “se ha sometido a los criterios e imposiciones del gobierno norteamericano aceptando la incoherencia de unir negocios con el derecho y la necesidad de migrar, buscando la oportunidad de una vida mejor”.

La dignidad y la soberanía de nuestra nación, así como la dignidad y los derechos humanos de los migrantes están muy por encima de cualquier negociación”, subrayan el obispo Alfonso Miranda G. Guardiola, secretario general de la CEM y José Guadalupe Torres Campos, obispo de ciudad Juárez y responsable de Movilidad Humana.

Asimismo, reconocen que es necesario la toma de decisiones para evitar la imposición de aranceles a los productos mexicanos que se comercian en Estados Unidos, “pero no en detrimento de la soberanía nacional, la dignidad y el respeto a los derechos humanos de los migrantes”.

Refieren que las causas principales de la migración son originadas por situaciones de hambre, pobreza, violencia y falta de oportunidades en su lugar de origen, circunstancias que demandan la creación de fuentes de empleo y la reconstrucción del tejido social.

En ese sentido, los obispos urgen a la creación de una justa política migratoria que garantice un “ordenado, responsable y regulado libre tránsito de personas”, además de velar por los intereses legítimos de México.

 

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