Mal uso de la tecnología provoca tecnoestrés y otros síndromes: UNAM

Erika Villavicencio Ayub, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que el uso excesivo de tecnologías para la escuela, el trabajo y la vida en general puede causar tecnoestrés, que provoca trastornos de ansiedad, problemas de sueños, alteraciones de la memoria, entre otros.

La experta de la UNAM indicó que la tecnología es una herramienta sumamente poderosa, por lo que debemos prepararnos para utilizarla, con el objetivo de que le saquemos el mayor provecho y nos provea de la máxima información, pero evitando alteraciones en la salud. México ocupa el noveno lugar con más internautas en el mundo.

“Es el estado psicológico negativo derivado de la introducción y uso de las tecnologías”, comentó Villavicencio Ayub respecto al tecnoestrés y recalcó que la pandemia reacomodó el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y aseveró que el 78 por ciento de población mayor de seis años y adultos usan internet.

De 2020 a 2021, las personas que registraron los mayores tiempos conectados a la red fueron las de entre 18 y 24 años y posteriormente las de 25 a 34 años. “Las horas en promedio que los mexicanos utilizamos internet es de alrededor de 4.8 horas diarias; las personas que más lo usan están en el rango de 12 y 34 años”, explicó Villavicencio.

Tecnoestrés y otros síndromes que ha traído el mal uso de tecnología

Erika Villavicencio comentó que existen varios tipos de tecnoestrés; como la tecnoansiedad, tecnofatiga, tecnoadicción o tecnodependencia. Todas ellas desarrolladas por quienes no tienen un buen manejo de las tecnologías, ya sea por usarlas demás o por el miedo a usarlas.

Entre las consecuencias del tecnoestrés se encuentra:

·        Trastornos de ansiedad y cognitivo.

·        Problemas del sueño.

·        Dificultad de concentración.

·        Alteraciones de memoria.

·        Inseguridad.

·        Síntomas respiratorios, cardiovasculares y gastrointestinales.

Hay otros síndromes, como el fomo, que es la obsesión por estar conectado permanentemente para estar al tanto de lo que ocurre en redes; la generación muda, que tiene que ver con que los jóvenes prefieren textear en vez de llamar o verse en persona. “Hemos perdido gran cantidad del vocabulario sustituyendo las palabras por imágenes o emoticones”.

Finalmente, la académica indicó que en la Facultad de Psicología cuentan con instrumentos para medir el tecnoestrés, tecnoadicción, tecnodependencia y otro tipo de problemas, y llamó a la sociedad a aprender a desconectarse y a usar la tecnología de manera adecuada, sin afectar nuestra salud mental y física.

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