Entre dulces y disparos: la infancia olvidada

El 30 de abril se celebra el Día del Niño en México, una fecha pensada para honrar la alegría, la inocencia y los derechos de los más pequeños. Pero, en muchos rincones del país, esta fecha no es de fiesta sino de denuncia. Porque si bien la infancia es motivo de orgullo y esperanza, también es víctima silenciada de una serie de deudas históricas: pobreza extrema, falta de acceso a salud y educación, violencia cotidiana, desplazamientos forzados y abandono institucional.

La celebración tiene su origen en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la ONU en 1959, que estableció el compromiso global de proteger y promover el bienestar infantil. México la incorporó en 1979, declarando el 30 de abril como día nacional. Desde entonces, miles de escuelas y comunidades organizan actividades, juegos y obsequios… pero en paralelo, los derechos proclamados siguen siendo papel mojado para millones de niñas y niños en el país.

Las caras ocultas del Día del Niño

1. Violencia que no perdona edad

México es uno de los países más peligrosos del mundo para ser niño. Según la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), en 2023 se registraron al menos 1,600 homicidios de menores, y más de 20,000 fueron víctimas de violencia familiar o desaparición. Estados como Guanajuato, Michoacán, Zacatecas y Guerrero concentran los casos más crudos. Niños desplazados, huérfanos por la violencia, reclutados por el crimen organizado o víctimas de abusos sexuales conforman una realidad que el festejo no alcanza a maquillar.

“A mi hermano se lo llevaron en la noche. Tenía 12 años. Nunca lo volvimos a ver. Aquí ya no hay infancia”, cuenta Rosalía, de 14 años, desplazada con su familia de Tierra Caliente.

2. Pobreza estructural: ser niño y no comer bien

Más del 52% de los menores en México viven en situación de pobreza, y un 15% en pobreza extrema, según CONEVAL (2022). Esto implica que uno de cada dos niños no tiene garantizado alimento, servicios básicos o acceso a una vivienda digna. En comunidades rurales de Chiapas, Oaxaca o la Montaña de Guerrero, hay niñas que caminan dos horas para llegar a una escuela sin maestros, ni baños, ni libros.

3. Desigualdad en la educación

La pandemia profundizó la exclusión educativa: 5.2 millones de niñas, niños y adolescentes quedaron fuera del sistema escolar en 2022, y más del 30% de los que regresaron a clases presentan rezago educativo grave, según la SEP. La brecha digital dejó fuera a miles de menores en comunidades sin internet, y la crisis económica obligó a muchos a dejar los estudios para trabajar.

“Yo no quería dejar la secundaria, pero mi mamá se enfermó y tengo que ayudar en el mercado”, relata José Manuel, de 13 años, en un tianguis de Neza.

4. Salud negada

El desmantelamiento del Seguro Popular y la transición al INSABI generaron incertidumbre para millones de niños. Según FUNDAR, uno de cada tres menores en México no tiene acceso regular a servicios de salud, y enfermedades prevenibles como anemia, desnutrición y caries dental se mantienen como problemas crónicos, especialmente en zonas indígenas y urbanas marginadas.

5. Trabajo infantil y explotación

A pesar de estar prohibido, más de 3.3 millones de niños trabajan en México, según el INEGI. Lo hacen en campos agrícolas, en mercados, en las calles. El 60% realiza trabajos peligrosos. Muchos son invisibles para el Estado, atrapados en cadenas de explotación sin acceso a educación, salud o descanso.

¿Qué estamos celebrando?

El Día del Niño debería ser, más que un día de dulces, un llamado urgente a garantizar que cada infancia sea vivida con dignidad. Aún estamos lejos. Como bien señala Tania Ramírez, directora de la organización Save the Children en México: “La infancia en México está atrapada entre las balas, la pobreza y el olvido. Si no ponemos a los niños al centro de la agenda, el futuro que construimos será tan desigual como nuestro presente.”

El Día del Niño en México debería ser una oportunidad para algo más profundo que una festividad escolar. Es un espejo de nuestras omisiones. Cada niña sin escuela, cada niño desplazado, cada menor que trabaja en lugar de jugar, nos recuerda que los derechos de la infancia no pueden celebrarse si no se cumplen.

Celebrar sin transformar es olvidar. Honremos a los niños no con globos, sino con políticas públicas reales, presupuesto suficiente y voluntad para cambiar sus condiciones de vida.

¿Cómo atender mejor a nuestros niños?

  • Garantizar presupuestos multianuales para salud, educación y protección infantil.
  • Fortalecer el Sistema de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
  • Implementar acciones efectivas contra el reclutamiento infantil por el crimen organizado.
  • Establecer centros comunitarios integrales en zonas de alta marginación y violencia.
  • Promover la voz de los propios niños en políticas que los afectan.

Referencias

  • CONEVAL (2022). Medición de la pobreza infantil.
  • REDIM (2023). Infancia y violencia en México.
  • Save the Children México. Informe 2023.
  • INEGI. Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2022.
  • FUNDAR. Diagnóstico del acceso a la salud para la infancia, 2023.

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