Desde mediados de 2025, la violencia en México dio un giro inesperado con el arresto de Ismael “El Mayo” Zambada, la figura más longeva y estratégica en la historia del Cártel de Sinaloa. A diferencia de otros capos —como El Chapo Guzmán— que operaban con protagonismo mediático, El Mayo ejercía un liderazgo silencioso que mantenía un equilibrio interno dentro del crimen organizado.
Su detención provocó lo que el Baker Institute describe como “un reacomodo violento de fuerzas en Sinaloa, Sonora, Baja California, Chihuahua y Durango”, desatando:
- nuevas disputas territoriales,
- fragmentación criminal,
- aumento de homicidios,
- desplazamiento forzado,
- desapariciones,
- incremento del tráfico de fentanilo
- y un repunte de violencia contra civiles.
Mientras esto ocurre, Estados Unidos aumenta la presión sobre México para combatir el tráfico de fentanilo y permite mayor acceso a agentes estadounidenses en territorio nacional. Este escenario binacional crea una tormenta perfecta que afectará la estabilidad de 2026. Así lo expresa Edgar Ruiz, comerciante de Culiacán, cuya familia vivió bloqueos recientes: “Cuando cayó El Mayo, todo se desordenó. Ya no sabes quién manda ni qué grupo controla qué calle. La ciudad está tensa, como si algo grande pudiera pasar cualquier día.”
La captura de El Mayo: un antes y un después para el Cártel de Sinaloa
La DEA describe a El Mayo como “el capo más poderoso de los últimos 30 años”. Su estilo era discreto, organizacional, negociador. Su ausencia provocó fracturas entre:
- Los Chapitos (grupo joven y agresivo)
- La facción vieja (operadores tradicionales)
- Grupos emergentes en Sonora y Baja California
- Resistencia interna de células locales
Consecuencia directa: más violencia
El Country Outlook 2026 confirma que, tras su arresto:
- los homicidios aumentaron en Sinaloa,
- los desplazamientos crecieron,
- se intensificaron enfrentamientos con armas de alto poder,
- y se fortaleció el tráfico de fentanilo hacia EE. UU.
La periodista Ingrid Gómez, especializada en seguridad, afirma: “El Mayo mantenía la operación cohesionada. Su caída generó guerra interna. El vacío de poder es la gasolina que alimenta la violencia.”
Fentanilo: el epicentro de la tensión entre México y Estados Unidos
El fentanilo no es un tema más: es la principal causa de muerte por sobredosis en Estados Unidos, con más de 74,000 muertes anuales, según el CDC. El gobierno estadounidense ha responsabilizado a:
- laboratorios clandestinos en México,
- precursores químicos de origen chino,
- redes logísticas binacionales,
- células del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En diciembre de 2025, EE. UU. designó a seis grupos criminales mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO), entre ellos facciones ligadas a Los Chapitos y al CJNG.
Implicaciones de esta designación:
- prohibición absoluta de apoyo financiero o logístico a estos grupos;
- mayor presión legal para empresas que trabajan en zonas de influencia criminal;
- posibilidad (políticamente explosiva) de acciones militares estadounidenses contra blancos específicos;
- obligación para México de cooperar más estrechamente;
- tensiones diplomáticas constantes.
El analista Vanda Felbab-Brown (Brookings Institution) advierte: “La etiqueta de FTO no solo afecta a los cárteles. Afecta a México en su conjunto: reputación, inversión y seguridad.”
Acceso de agentes estadounidenses a México: un tema delicado
La administración Trump dejó claro que México debe permitir:
- presencia ampliada de la DEA;
- operaciones conjuntas contra laboratorios;
- intercambio de inteligencia en tiempo real;
- seguimiento transfronterizo de objetivos;
- supervisión más directa de decomisos.
Esto genera tensión histórica. Para México, permitir agentes armados estadounidenses es un tabú geopolítico. Pero la presión es tan grande que la cooperación es inevitable. Un funcionario de la Secretaría de Seguridad (bajo anonimato) explicaba en 2025: “Estados Unidos no quiere esperar. Quiere resultados inmediatos contra el fentanilo. Eso significa agentes en el campo, no solo en oficinas.”
Violencia interna: más homicidios, más desapariciones, más miedo
El reacomodo criminal incrementó la violencia en Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua, Baja California, Zacatecas, Michoacán, Estado de México
El SESNSP reportó más de 29,000 homicidios dolosos en 2024, y la tendencia de 2025 indica que la cifra podría mantenerse o incluso aumentar en 2026. Además, hubo más de 113,000 personas desaparecidas acumuladas, según datos oficiales auditados por la ONU.
Laura Nava, madre buscadora en Sonora, describe el clima actual: “Cuando capturaron a El Mayo, grupos nuevos empezaron a pelear. Muchos jóvenes desaparecieron en esos días. Las madres seguimos buscando, porque el gobierno no lo hace.” Las madres buscadoras son víctimas y heroínas invisibles que han sostenido la dignidad en regiones donde el Estado se repliega.
Migración y violencia: un binomio inseparable
La presión estadounidense para frenar el flujo migrante afecta directamente la operatividad criminal. ¿Por qué? Porque muchos grupos delictivos dependen del tráfico de personas como fuente clave de financiamiento. Medidas más estrictas en la frontera provocan:
- redirigir rutas;
- aumentar tarifas;
- mayor violencia contra migrantes;
- uso de territorios más peligrosos;
- mayor presencia criminal en zonas rurales.
El Instituto de Políticas Migratorias señala que, desde 2024, los migrantes sufren extorsión sistemática en estados como Tamaulipas, Chihuahua y Sonora.
Narcoterrorismo: ¿una exageración o una realidad?
La palabra “narcoterrorismo” genera debate. Pero los hechos documentados por organizaciones como Causa en Común y CIVICUS muestran que los grupos criminales:
- bloquean ciudades con vehículos incendiados;
- colocan explosivos en zonas urbanas;
- atacan edificios públicos;
- intimidan a poblaciones enteras;
- usan tácticas de terror psicológico;
- compiten territorialmente como ejércitos paralelos.
El experto en seguridad Alejandro Hope (QEPD) insistía que el término debe usarse con cuidado, pero reconocía: “Los grupos criminales mexicanos operan con violencia estratégica que busca controlar territorios y poblaciones. El patrón es clarísimo.”
Reflexionando…
- La paz no es ausencia de guerra, sino fruto de la justicia.
- El Estado debe garantizar seguridad real, no solo presencia simbólica.
- La dignidad humana exige protección de vida, libertad y bienes.
- Las familias —especialmente las pobres— son las primeras víctimas de la violencia.
México viola estos principios cuando:
- no protege a sus ciudadanos;
- permite regiones sin Estado;
- deja solos a los desaparecidos y sus familias;
- normaliza la violencia como paisaje cotidiano.
Conclusión: 2026 será un año decisivo en seguridad binacional
La caída de El Mayo desató fuerzas que estaban contenidas. El reacomodo criminal, sumado a la presión estadounidense, crea un escenario complejo para México. Para enfrentar 2026, el país necesita:
- estrategia policial profesional;
- cooperación binacional ordenada;
- fortalecimiento institucional;
- inversión en inteligencia, no en militarización masiva;
- combate financiero a cárteles;
- protección real a víctimas;
- un sistema judicial autónomo y funcional.
La pregunta no es solo cómo combatir a los cárteles. La pregunta es cómo reconstruir un país donde la violencia deje de ser parte de la identidad cotidiana.
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