Crisis energética y de fertilizantes colapsará la producción de alimentos

La producción de fertilizantes químicos demanda energía, electricidad, gas y petróleo, cuyos precios se han incrementado, por ello el aumento de los costos de producción.


 


La crisis energética actual pone en riesgo a la industria de fertilizantes, la producción de alimentos, a la economía y a la seguridad alimentaria, advirtieron investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Los académicos Gerardo Noriega Altamirano, de la Universidad de Chapingo, y Enrique Arzate Rico, del IPN, resaltaron que la producción de fertilizantes químicos demanda energía, electricidad, gas y petróleo, cuyos precios se han incrementado, por ello el aumento de los costos de producción.

“Actualmente en el costo de producción, el agricultor mexicano dedica 43 por ciento a fertilización y manejo fitosanitario. Por lo que el alza o la falta de disposición de los fertilizantes pueden agravar la situación en el sector alimentario. En el último año aumentaron en 80 por ciento los precios de fertilizantes”, alertaron los investigadores.

Mencionaron que esta situación que se vive ya en Europa enciende las alarmas en la industria de fertilizantes por la probable reacción en cadena, pues supone un impacto directo para el rendimiento de los cultivos, pero también para los alimentos que necesitan elaboración.

Ante este contexto, indicaron que en la estrategia que propone Nutricampo Innovaciones Biotecnológicas se fundamenta en el manejo de la fertilidad de los suelos para suministrar nutrientes a las plantas en cantidades suficientes, acudiendo al uso de recursos minerales, el reciclaje aeróbico de la materia orgánica, biofertilizantes y la biología del suelo.

Puntualizaron que esta es una alternativa viable y económica para revertir el uso excesivo de pesticidas que impactan desfavorablemente en el bolsillo de los productos y el medio ambiente y, sobre todo, en la salud de la población por la contaminación de los suelos, el agua, aire y de los alimentos producidos.

Gerardo Noriega comentó que Michoacán ya inició con los primeros pasos; sin embargo, falta mucho por hacer para transferir este tipo de tecnologías a las más de 458 mil hectáreas de maíz que se cultivan en el estado; de implementarse esta estrategia en dicha superficie se aportarán adicionalmente alrededor de un millón de toneladas de este grano básico, lo cual significaría contribuir a la soberanía alimentaria del país.

 

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