Los obispos mexicanos externaron su profunda preocupación porque no cesa la violencia en el país y el impacto directo que está ocasionando a las familias y diversos ámbitos de la sociedad, incluida la Iglesia, “nos sentimos interpelados a anunciar con claridad el Evangelio de la paz, que exige denunciar el pecado estructural, consolar a las víctimas y promover caminos concretos de reconciliación”.
Así lo destacó el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de Cuernavaca monseñor Ramón Castro Castro en conferencia de prensa en la que ofreció un mensaje con motivo de los trabajos de la CXVIII Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que concluyen este viernes 2 de mayo, y en el que reflexionaron sobre los principales desafíos que tienen que atender en el país como pastores de la Iglesia que entre los más apremiantes son la familia, la reconciliación y la paz.
“Como pastores, desde nuestra misión profética, no podemos callar ante la violencia que desangra nuestra patria. Junto con ustedes, hemos llorado a las víctimas de la delincuencia, de la corrupción, de la impunidad y del miedo. Sabemos que no hay paz sin justicia, ni justicia sin verdad, ni verdad sin amor. México sigue siendo un país profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor. Nos sentimos interpelados a anunciar con claridad el Evangelio de la paz, que exige denunciar el pecado estructural, consolar a las víctimas y promover caminos concretos de reconciliación. No es ingenuidad, es fidelidad al Reino de Dios”, indicó el presidente de la CEM.

En torno a la violencia que se vive en el país, destacó el asesinato de ocho jóvenes y otros seis que resultaron heridos de un grupo juvenil en la comunidad de San José de Mendoza, de la diócesis de Irapuato, en Guanajuato; así como también mencionó las desapariciones forzadas de personas que terminan o en fosas clandestinas o incineradas o en las filas del crimen organizado; el alcoholismo y la drogadicción que se ha extendido hasta las comunidades más alejadas.
Ante este panorama, dijo que la Iglesia está comprometida a seguir la ruta propuesta por la Agenda Nacional de Paz y reafirmar su esperanza y convicción de que la reconciliación y la paz para los que vivimos en México sí es posible. Asimismo, exhortó a poner atención a todo lo bueno que hay en nuestro país, para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia y a “no dejarse robar la esperanza” como lo señalaba el Papa Francisco.
Por otra parte, monseñor Castro externó la preocupación de la CEM por la reforma judicial, dentro de la cual está contemplada la próxima elección para diversos cargos en el ámbito del poder judicial.
A este respecto, aseguró que los obispos temen que algunos de los aspirantes a ministros, magistrados y jueces puedan caer en manos del crimen organizado, sean personas a modo, o que bien, no sean los personajes idóneos para ocupar los puestos del Poder Judicial a los que se postulan.
Proteger a la familia
El presidente de la CEM aseguró que actualmente la familia atraviesa por una grave crisis y es atacada desde varios frentes a través de ciertas ideologías avaladas por las mismas leyes, la violencia y las políticas migratorias.
“Con firmeza afirmamos que la familia no es simplemente una institución natural, sino una verdadera vocación eclesial y teológica, con una misión específica en la sociedad y en la Iglesia. En efecto, es la célula fundamental de la sociedad; como ‘imagen de la Trinidad’, es iglesia doméstica, lugar donde se encarna el amor gratuito, la acogida del otro, la fecundidad del don y la construcción diaria de la comunión; es una escuela donde se aprende a escuchar, a confiar y a perdonar”, indicó.

Monseñor Ramón Castro sostuvo que “hoy que nunca es urgente sostener y acompañar a las familias, no con discursos abstractos, sino con cercanía, políticas públicas que reconozcan su valor fundamental, y comunidades cristianas que las acompañen en sus angustias y desafíos”.
Agregó su invitación a seguir construyendo familias sólidas, comunidades reconciliadas, y una sociedad donde la vida tenga valor y la paz sea posible.
En la conferencia de prensa monseñor Ramón Castro estuvo acompañado por monseñor Héctor Pérez Villareal, obispo auxiliar de la CEM, monseñor Enrique Sánchez Martínez y monseñor Mario Medina Balam, obispos de Mexicali y Auxiliar de Yucatán, respectivamente.
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