Durante 2022 y 2023, México era visto como el gran ganador del reacomodo global de cadenas de suministro. Empresas multinacionales anunciaban intención de reubicarse en el país, aprovechando:
- su cercanía geográfica con Estados Unidos;
- su red de manufactura consolidada;
- su mano de obra joven;
- y el T-MEC como paraguas legal.
Economistas como Enrique Dussel Peters lo llamaron “la oportunidad industrial más grande desde la entrada al TLCAN en 1994”.
Pero para mediados de 2025, múltiples indicadores —incluyendo el Mexico Country Outlook 2026 del Baker Institute— coinciden en que el nearshoring se estancó, y que México corre un riesgo real de perder inversiones millonarias frente a países como Vietnam, India y Malasia.
A ese estancamiento se suma un factor explosivo: la inminente revisión del T-MEC en julio de 2026 bajo un gobierno estadounidense abiertamente proteccionista encabezado por Donald Trump, que ya ha exigido restricciones contra China y amenaza con imponer aranceles elevados a las exportaciones mexicanas.
Mientras tanto, México entra a esta negociación debilitado por decisiones internas que han provocado incertidumbre jurídica, regulatoria y energética. Es un escenario que preocupa tanto a analistas como a jóvenes trabajadores y emprendedores. Así lo expresa Carlos Meza, ingeniero industrial de 27 años en Guanajuato: “Todas las plantas de mi zona esperaban expansión. Ahora dicen que no hay garantías de energía, agua ni reglas claras. Y sin eso no llegan los nuevos proyectos.” Lo que parecía un momento estelar para México se ha convertido en un espacio de dudas.
Aranceles de EE. UU.: el mayor riesgo económico de 2026
El Baker Institute advierte: si Estados Unidos impone un arancel fijo del 25% a las exportaciones mexicanas, como ya ha propuesto Donald Trump, el impacto sería devastador:
- caída de exportaciones de hasta 20%;
- reducción del PIB de hasta 2%;
- pérdida de cientos de miles de empleos manufactureros;
- reducción de inversión extranjera directa;
- desincentivo total para nearshoring futuro.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos lo enfatizó en un comunicado en 2025: “México es el principal socio comercial de Estados Unidos. Penalizar sus exportaciones es penalizar nuestras propias cadenas productivas.” Pero el gobierno estadounidense parece decidido a usar los aranceles como herramienta política para:
- presionar a México en migración;
- forzar una postura más dura contra cárteles;
- expulsar a China de Norteamérica;
- obtener ventajas en renegociación del T-MEC.
Restricciones de EE. UU. a la presencia china en México
Washington presiona a México para limitar:
- inversiones chinas en autos, baterías, energías limpias y manufactura;
- componentes chinos en cadenas de suministro norteamericanas;
- importación de autos eléctricos chinos;
- participación china en puertos y telecomunicaciones.
México, presionado, ya propuso elevar de 20% a 50% el arancel para autos chinos. Pero esto tiene dos efectos simultáneos:
- Reduce la presencia de China, pero
- No garantiza que Estados Unidos deje de presionar.
El académico Andrew Rudman, del Wilson Center, lo explica así: “Estados Unidos está decidido a expulsar a China de su patio trasero. México está atrapado entre sus dos principales socios y necesita una estrategia clara, que todavía no tiene.”
El estancamiento del nearshoring: un diagnóstico crudo
Más allá de los factores externos, el nearshoring se detuvo por decisiones internas mexicanas.
- Incertidumbre jurídica: La reforma judicial —que sustituyó jueces de carrera por jueces electos— genera dudas sobre:
- estabilidad regulatoria;
- imparcialidad en litigios comerciales;
- seguridad para contratos a largo plazo;
- protección contra decisiones discrecionales.
La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) declaró en 2025: “Ninguna empresa invierte miles de millones en un país donde los jueces pueden cambiar por presiones políticas.”
- Falta de electricidad y saturación de la red. México, según el Baker Institute, no podrá atender la demanda eléctrica industrial si no invierte en redes de transmisión y generación limpia.
La política de favorecer a CFE limitó inversión privada en energía, bloqueando:
- parques solares y eólicos;
- plantas de cogeneración;
- expansiones gasíferas;
- inversiones en redes.
La empresa automotriz KIA advirtió públicamente en 2025 que no ampliaría su planta en Nuevo León mientras no haya garantías de energía.
- Crisis hídrica creciente. Estados como Nuevo León, Chihuahua y Guanajuato sufren estrés hídrico grave. El Tratado de Aguas de 1944 está al límite, y México podría incumplir entregas a EE. UU. en 2025.
- Militarización que inhibe competencia: La participación de las Fuerzas Armadas en puertos, aduanas, obras públicas, trenes, aeropuertos, empresas paraestatales, ha generado temor entre inversionistas privados. Como explica un representante de una empresa logística en Veracruz (identidad reservada): “Nadie quiere competir contra el Estado. Y en México, el Estado ahora es el Ejército.”
El nearshoring que sí llegó, pero que pudo ser mucho mayor
Hay industrias que sí aprovecharon el momento:
- autopartes
- equipo médico
- manufactura de electrodomésticos
- semiconductores de baja complejidad
- centros logísticos
Pero según el think tank Signos Vitales, México recibió solo entre 10% y 20% de la inversión potencial proyectada. La mayor parte se fue a Vietnam, Corea del Sur, India, Taiwan, Malasia. ¿Por qué? Porque tienen:
- energía asegurada;
- tribunales funcionales;
- infraestructura moderna;
- incentivos fiscales competitivos;
- estabilidad política;
- mano de obra capacitada.
México tenía todo para competir. Pero la falta de visión estratégica afectó su atractivo.
La renegociación del T-MEC: el gran riesgo de 2026
El 1 de julio de 2026 inicia la revisión formal del T-MEC. Analistas prevén un proceso duro, complejo y asimétrico. Estados Unidos exigirá:
- Medidas estrictas contra China
- Compromisos fuertes en seguridad y migración
- Endurecer reglas laborales
- Eliminar subsidios mexicanos
- Apertura en sectores energéticos
Canadá, por su parte, apoyará la postura estadounidense. México llega débil:
- sin contrapesos institucionales;
- con crisis hídrica y energética;
- con militarización económica;
- con Pemex y CFE debilitados;
- con un sistema judicial desprestigiado;
- con nearshoring estancado;
- con caída de remesas;
- y con dependencia energética de Texas.
Como advierte el Baker Institute: “La correlación de fuerzas es totalmente desigual. México no está en condiciones de negociar en términos ventajosos.”
Sofía Arriaga, 32 años, gerente de logística en Guanajuato, relata:
“Cuando empezó el nearshoring todos hablaban de crecimiento. Pasaron los años y nada. Mi empresa iba a abrir una nueva planta, pero se detuvo por falta de suministro eléctrico. Ahora dicen que mejor evaluarán Asia.” Su historia no es aislada. Miles de jóvenes esperaban empleos bien pagados en manufactura, ingeniería y logística. Muchos no llegarán.
¿Y entonces?
- El trabajo humano debe estar en el centro del modelo económico
- El desarrollo requiere instituciones fuertes
- El Estado debe promover condiciones para la prosperidad, no inhibirlas
- Toda decisión económica tiene dimensión moral
Cuando un país desperdicia una oportunidad histórica de generar empleo digno para millones de jóvenes, afecta directamente:
- el derecho al desarrollo,
- el bienestar familiar,
- la dignidad laboral,
- y las posibilidades de movilidad social.
Este no es solo un error técnico: es una omisión ética.
. Conclusión: México debe reaccionar antes de 2026
La revisión del T-MEC será un parteaguas. El nearshoring pudo consolidar a México como potencia manufacturera. Pero el estancamiento actual combina:
- tensiones con EE. UU.;
- restricciones por China;
- crisis de energía;
- decisiones internas equivocadas;
- militarización;
- inseguridad jurídica.
Estamos a tiempo de corregir. Pero el reloj corre. México necesita:
- instituciones confiables;
- tribunales profesionales;
- energía suficiente;
- infraestructura moderna;
- reglas claras para inversión;
- visión económica de largo plazo.
Solo así podremos defender en 2026 el empleo, la competitividad y el futuro de millones de jóvenes.
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