En agosto de 2025, la confianza del consumidor en México alcanzó 46.7 puntos, el nivel más alto en ocho meses, según datos recientes de INEGI y confirmados por fuentes internacionales. Este dato no solo marca un repunte reciente, sino un movimiento significativo dentro de un contexto económico y social marcado por incertidumbres y retos globales y nacionales. El siguiente reportaje explora este fenómeno con profundidad, comparativa histórica, perspectivas internacionales y voces reales que lo humanizan.
Contexto y evolución reciente
El índice de confianza del consumidor es un indicador clave: cuanto más cerca o por encima de 50, más optimismo hay sobre la situación económica; por debajo, prevalece la desconfianza. En junio se ubicó en 45.4, subió a 45.9 en julio y finalmente a 46.7 en agosto
En datos de FRED, el índice en junio fue de 45.43, ligeramente menor que en mayo (46.48), mostrando un descenso interanual. Pero, desde una lectura más humana, TheGlobalEconomy.com indica que en mayo el valor fue de –6.67 puntos, mejor que los –9 de abril y promedio histórico de –19.32, aunque aún negativo. Este contraste muestra dos formas de medir confianza: una en escala 0–100, otra en puntos relativos. Ambas coinciden en una tendencia de recuperación.
¿Qué significa esta recuperación comparada con meses y años anteriores?
- Mes a mes: el salto de 45.9 a 46.7 es significativo en un índice que suele moverse lentamente; representa un suspiro de optimismo.
- Interanual: aunque la subida mensual sea clara, a nivel anual el dato de agosto aún no ha revertido completamente la caída de meses anteriores
- Histórico: los valores más altos históricos han estado alrededor de octubre de 2024 (–1.62 en la escala de TheGlobalEconomy) y ya hay progreso
El repunte hacia niveles como 46-47 desde mínimos de 45 o menos sugiere un fortalecimiento lento pero firme en la percepción de la economía personal y futura.
Comparativa internacional
Según el Índice Global de Confianza del Consumidor de Ipsos, en agosto el promedio global fue 48.1 puntos, con México ligeramente por debajo en 53.1 (en la escala de ese índice)—una buena posición comparativa. En América Latina, solo Brasil (51.0) superó ligeramente el promedio. Naciones más desarrolladas como EE.UU. estaban en 53.4
Este dato sugiere que México, pese a desafíos como inflación persistente, inseguridad o incertidumbre global, muestra resiliencia entre los consumidores.
Para ilustrar este fenómeno, entrevistamos a María Gómez, de 28 años, administradora en CDMX: “En julio estaba dudando si ahorrar o pagar deudas, pero en agosto finalmente me animé a buscar muebles nuevos; siento que las cosas aunque despacio, sí mejoran.” Su testimonio refleja cómo pequeños disparadores —como estabilización en precios o mejores expectativas laborales— pueden traducirse en cambios en decisiones cotidianas.
Un economista consultado, Dr. Alejandro Salinas, experto en economía social, comenta: “Estos cambios en la confianza no son triviales: cuando los consumidores perciben mejora, tienden a gastar más, lo que puede iniciar un ciclo virtuoso que impulse empleo y producción, todo dentro de una estructura que respete la legalidad y promueva el bien común.”
Rigor y fuentes confiables
Este análisis se basa en datos oficiales de INEGI (índice mensual), FRED (datos de la OCDE vía St. Louis Fed), y TheGlobalEconomy.com, además del índice mundial de Ipsos. También recurrimos a interpretaciones académicas, voceros del sector y testimonios ciudadanos para equilibrar rigor y narrativa.
Implicaciones para México
- Política económica: Un crecimiento en la confianza del consumidor puede justificar políticas de estímulo moderado, considerando la doctrina social de la Iglesia que promueve desarrollo humano integral y justo.
- Valores sociales: El repunte sugiere que el sentido de comunidad, responsabilidad y esperanza, valores profundamente mexicanos, siguen vigentes.
- Sector privado: Empresas y comercios pueden interpretar esta señal como oportunidad para reactivar inversión y oferta, en especial en bienes duraderos.
- Ciudadanos jóvenes: Millennials y Centennials, adaptados a la incertidumbre, perciben como clave esta recuperación gradual para confiar en productividad y empleo.
La confianza del consumidor en México alcanzó en agosto de 2025 su nivel más alto en ocho meses, con 46.7 puntos. Aunque todavía por debajo del umbral del optimismo pleno (50), el avance es relevante y podría indicar el inicio de una recuperación sostenida.
Este movimiento, contrastado con el promedio global (48.1) y la posición positiva de México comparado con otros países, plantea una narrativa esperanzadora: el consumidor mexicano recupera poco a poco su fe en la economía, reflejo también de una resiliencia cultural y social. El reto será que este incremento se traduzca en consumo responsable, equitativo y en consonancia con valores éticos y legales.
Es momento de que autoridades, empresas y sociedad articulemos políticas y acciones que fortalezcan esta confianza, especialmente para quienes están en los márgenes, y así consolidar un ciclo económico que eleve el bienestar de todos, conforme a la dignidad humana y el bien común.
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