En medio del endurecimiento comercial entre Estados Unidos y sus socios, México enfrenta un panorama complejo pero prometedor. A pesar del aumento en los aranceles a sectores clave como el automotriz, el país ha logrado posicionarse como el principal socio comercial de Estados Unidos y ha consolidado un crecimiento en sectores inesperados, como el de computación. Mientras los autos enfrentan barreras, las computadoras mexicanas lideran la nueva ola de exportaciones.
“Es un escenario raro”, comenta Alberto Hernández, exportador de autopartes en Guanajuato. “Toda la vida hemos apostado por los coches, y ahora resulta que las computadoras son las que mantienen la balanza comercial viva. Eso no lo veíamos venir”.
El testimonio de Alberto resume el desconcierto de cientos de empresarios ante una realidad cambiante: Estados Unidos impone aranceles cada vez más altos a productos tradicionalmente fuertes como acero, aluminio y automóviles, mientras exenta o reduce impuestos a otros rubros, como los equipos de procesamiento de datos.
México: primer socio comercial de EE.UU., pese a la presión arancelaria
Durante los primeros cinco meses de 2025, México se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos, con un 15% del comercio total, superando a Canadá (13%) y dejando atrás a China (8.1%). No obstante, el déficit comercial de bienes de EE.UU. con México ascendió a 79,441 millones de dólares, un dato que Donald Trump ha utilizado para justificar la imposición de aranceles bajo la Sección 232 y la Ley IEEPA, alegando razones de “seguridad nacional” y “control migratorio”
A pesar de los anuncios mediáticos, solo el 16.08% de las importaciones estadounidenses desde México pagaron aranceles en mayo de 2025, con una tasa efectiva promedio de apenas 4.34%. En contraste, las importaciones desde China enfrentan un 45.59%
“El discurso político de aranceles es más fuerte que su implementación real”, explica el documento sobre este tema de Banco BASE. “Lo que vemos es una estrategia de presión sectorial más que una guerra comercial total”.
Computadoras mexicanas: la estrella inesperada del nearshoring
Lo más sorprendente del escenario es que el sector que ha impulsado el crecimiento exportador de México no es el automotriz, como en décadas pasadas, sino el capítulo 84 del sistema arancelario: máquinas y equipos de procesamiento de datos.
En concreto, las computadoras (partida 8471) representaron en mayo de 2025 el 15.59% de todas las importaciones que EE.UU. hizo desde México. Este capítulo creció en más de 18,500 millones de dólares en los primeros cinco meses del año, representando todo el crecimiento neto de las exportaciones mexicanas en ese periodo
Mientras tanto, los autos (capítulo 87) retrocedieron un 6.4%, afectados por aranceles que llegaron hasta el 25% en algunos componentes. “Es un giro total”, reconoce la economista Siller. “México está aprovechando las restricciones a China para colocarse como proveedor confiable de tecnología”.
Nearshoring selectivo: ganadores y perdedores
El fenómeno que parecía una gran ola de nearshoring postpandemia se ha reconfigurado. Ya no se trata de mover todo tipo de producción hacia México, sino de enfocar inversiones en sectores que no enfrentan barreras comerciales.
“Se nos cayó un proyecto con una armadora coreana porque no podían justificar los costos con los aranceles nuevos”, lamenta Patricia Romero, gerente de desarrollo industrial en Coahuila. “Pero al mismo tiempo, una empresa taiwanesa de semiconductores sí está abriendo planta en Ciudad Juárez. Hay oportunidades, pero son otras”.
Este “nearshoring selectivo” está ya cambiando el mapa de inversión. En 2024, la inversión extranjera directa al sector automotriz mexicano cayó a su nivel más bajo desde 2011. En cambio, el sector de computación recibió 1,832 millones de dólares, su tercer mejor registro en casi dos décadas, con una fuerte concentración en Baja California, CDMX, Chihuahua y Jalisco
La geopolítica de los bits: ¿México como nuevo líder tecnológico?
La batalla entre EE.UU. y China por el control tecnológico ha dejado una rendija que México está sabiendo aprovechar. La participación mexicana en la importación de equipos de procesamiento de datos de EE.UU. creció del 7.23% al 14.17% en solo un año, mientras que China pasó de dominar este rubro con 58.6% en 2017 a apenas 10.6% en 2025
Aunque algunos han sospechado una posible triangulación de productos chinos a través de México, los datos desmienten esa tesis: solo el 6.5% de los equipos exportados por México a EE.UU. podrían tener origen chino, lo cual demuestra que la producción es cada vez más nacional o regional
“Lo que necesitamos ahora es visión de largo plazo”, apunta el analista Jesús Anacarsis López Flores. “Infraestructura energética, seguridad jurídica y talento humano, para que esta oportunidad no sea solo un momento, sino una transformación estructural”.
¿Oportunidad histórica o espejismo pasajero?
El panorama que enfrenta México es paradójico. Mientras se enfrenta a un entorno de incertidumbre política, estancamiento económico interno y presiones arancelarias externas, también se abren puertas inesperadas para consolidarse como potencia tecnológica de manufactura.
Exportar computadoras podría no ser tan glamoroso como vender autos, pero hoy representa la posibilidad más real de crecimiento económico sostenido, de generación de empleo calificado y de una reconfiguración productiva con menor dependencia del petróleo o la manufactura tradicional.
Si el país logra articular políticas públicas que garanticen certeza fiscal, mano de obra calificada, competitividad logística y respeto al marco del T-MEC, esta segunda ola de nearshoring podría no solo evitar la recesión, sino impulsar un modelo económico más inteligente y sostenible.
Y como bien concluye Patricia Romero, la gerente industrial: “No será el México de las armadoras, será el México de los servidores. Si nos lo proponemos, lo podemos lograr”.
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