Cuando ahorrar no basta

En México, ahorrar se ha convertido en un acto de fe más que en una estrategia de futuro. La mayoría de las personas cree que guardar dinero en una cuenta bancaria equivale a “protegerlo”, cuando en realidad están viendo disminuir su valor día tras día. Según datos presentados durante el EF Meet Point Virtual, Joaquín Barrera, director de Renta Fija e Inversiones de SURA Investments, reveló un dato alarmante: solo 4 de cada 10 mexicanos tiene un plan de ahorro, y de ellos, la mayoría lo hace en instrumentos que ni siquiera superan la inflación.

En un país donde la educación financiera avanza lentamente, donde el salario mínimo ha tenido incrementos históricos pero sigue quedando corto ante el costo real de la vida, y donde la esperanza de vida se acerca a los 75 años, el problema es profundo y estructural. Ahorrar es necesario, pero no es suficiente.

La Doctrina Social de la Iglesia enseña que la prudencia es virtud fundamental para el futuro y que el trabajo debe ser vehículo de desarrollo integral. Ahorrar debería reflejar esa visión: prever, cuidar y construir. Sin embargo, en México, la prudencia financiera aún no es parte del ADN social.

México ahorra, pero no crece: una cultura financiera insuficiente

El Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CONAIF) mostró en su último reporte que el 57% de los adultos ahorra, pero la mayoría lo hace de manera informal: tandas, guardar dinero en casa, cajas comunitarias o cuentas de nómina sin instrumentos de inversión. Más preocupante aún:

  • 47% del ahorro total está en cuentas bancarias o de nómina, que pagan entre 0% y 2% anual.
  • La inflación anual promedio de los últimos 20 años es de 4.5% (Banxico).

Traducido: El ahorro promedio en México pierde entre -2.5% y -4% de su valor cada año.

“Mi mamá me enseñó a guardar el dinero en el banco porque ahí ‘crece’”, cuenta Mariela Hernández, maestra de primaria en Iztapalapa. “Un día revisé mi estado de cuenta y vi que en un año mis intereses eran 32 pesos. La inflación había subido muchísimo más. Sentí que me estaban viendo la cara”. Su experiencia es la de millones. Ahorrar, sí. Pero ahorrar mal, no.

El dato más alarmante: solo el 3% del ahorro se destina al retiro

Uno de los puntos más duros del análisis de SURA es que apenas el 3% del ahorro de los mexicanos se guarda para la vejez. Esto implica tres grandes riesgos:

a) Vivimos más años: INEGI reporta que la esperanza de vida es de 74.9 años. En 1950 era de 48. Hemos ganado casi 27 años de vida… pero no de ingresos.

b) La AFORE no será suficiente:. La CONSAR ha advertido que, sin ahorro voluntario, la pensión promedio será menor al 40% del último salario. Un trabajador que hoy gana 15 mil pesos recibiría menos de 6 mil al mes.

c) Los gastos de la vejez son más altos: Salud, medicinas, cuidados y apoyo doméstico aumentan con el tiempo. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) muestra que los adultos mayores gastan entre 20% y 40% más en salud que el promedio general.

El cuidado del adulto mayor no es un tema financiero, sino de dignidad humana. La falta de previsión trae pobreza espiritual, familiar y comunitaria. La corresponsabilidad exige planear el futuro.

El gran problema: no cuánto ahorramos, sino dónde

Joaquín Barrera lo dijo con claridad: “El problema no es solo cuánto ahorramos, sino dónde lo hacemos”. La mitad del país sigue poniendo su dinero en cuentas que simplemente no funcionan para generar riqueza.

Instrumentos más comunes (y sus rendimientos promedio anuales):

  • Cuenta de nómina o ahorro: 0% – 2%
  • Pagarés tradicionales: 2% – 4%
  • Cetes a 28 días: 4% – 10% (según ciclo económico)
  • Fondos de inversión diversificados: 8% – 12% promedio histórico
  • Planes personales de retiro (PPR): 6% – 10%

A esto hay que sumar la inflación. Si esta es de 4.5%, todo instrumento menor a ese nivel nos hace perder dinero. De ahí la importancia de construir portafolios diversificados:

  • Renta fija
  • Renta variable
  • Fondos generacionales
  • Fondos de deuda
  • ETF
  • Planes personales de retiro

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) insiste en que la diversificación es la única forma de mitigar riesgos y proteger el valor del dinero.

La brecha de género: las mujeres ahorran menos y con más riesgo

La ENIF (Encuesta Nacional de Inclusión Financiera) confirma la brecha señalada por SURA:

  • 44% de los hombres ahorra formalmente.
  • Solo 34% de las mujeres lo hace.

Esto ocurre por varias razones:

  • Más mujeres están en la informalidad.
  • Tienen menos acceso a crédito.
  • Tienen menor tiempo disponible para informarse.
  • Muchas están a cargo del cuidado del hogar, lo que reduce ingreso disponible.

Además, viven más: la esperanza de vida femenina supera por 5 años la de los hombres. Ahorran menos tiempo, viven más y gastan más en salud.

Educación financiera: el gran ausente

México sigue rezagado en cultura financiera. Según la OCDE, estamos en el lugar 25 de 30 países en educación financiera. La mayoría no sabe distinguir entre instrumentos, riesgo o inflación.

La consecuencia es clara: Es imposible tomar buenas decisiones sin buena información. Testimonio de Carlos, ingeniero de 29 años: “Empecé a invertir en criptomonedas sin saber casi nada. Perdí más de 60 mil pesos. Después descubrí que pude haber puesto mi dinero en un fondo diversificado y hoy tendría ganancias. Nadie nos enseña esto en la escuela”. Y tiene razón: la SEP no contempla educación financiera en primaria ni secundaria de forma sistemática. Hoy, ahorrar sin información es como manejar sin luces.

Ahorro como acto de responsabilidad moral

La economía debe estar al servicio del ser humano, no al revés. Ahorrar, planear y prever no es egoísmo: es una forma de custodiar la dignidad futura.

Como recuerda Caritas in Veritate: “La prudencia es la forma en que la inteligencia aplica el bien al actuar concreto”. Ahorrar bien es prudencia social. Ahorrar mal es vulnerabilidad y, a veces, injusticia estructural.

¿Qué hacer? Propuestas para un México que ahorre y crezca

1. Fomentar portafolios diversificados. Menos cuentas de ahorro, más instrumentos con rendimiento real positivo.

2. Incentivar el ahorro para el retiro. Deducciones fiscales, campañas de consciencia y educación temprana.

3. Capacitación financiera desde secundaria. Con enfoque en inflación, metas, inversión, riesgo y portafolios.

4. Mejor comunicación por parte de empresas y AFORES. Explicar con claridad, no con tecnicismos.

5. Promover la corresponsabilidad familiar. Hablar de dinero en casa sin tabúes. El futuro es colectivo.

Ahorrar no basta; hay que construir futuro

México sí ahorra. Pero ahorra mal. El país necesita pasar de guardar dinero a hacerlo crecer, de la improvisación a la estrategia, de la vulnerabilidad a la prudencia.

Ahorrar es un acto profundamente humano: implica futuro, esperanza y cuidado. Pero requiere conocimiento, acompañamiento y visión. La inflación, la desinformación y la falta de educación financiera están generando pobreza silenciosa.

Como dijo Barrera: “No es cuánto guardas, es dónde lo pones”. Construir futuro es un deber moral hacia nosotros mismos y hacia quienes dependen de nosotros. México puede ahorrar mejor. México merece ahorrar mejor. Y hoy es el momento de empezar.

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