Cada mañana nos despertamos con noticias que nos estrujan el corazón por el nivel de violencia que prima en nuestra sociedad.
Cuando no es que alguien desapareció, son balaceras o atracos, o accidentes en las carreteras, etc. esto parece de película pero en realidad así estamos viviendo.
Muchos piden oraciones y hacen campañas para interceder por los que sufren violencia en países lejanos y yo me pregunto ¿no será que debemos comenzar por orar e interceder por nuestro propio país?
La violencia existe y aún está presente en muchos estados. Un amigo sacerdote vio morir y le dio los últimos auxilios a una persona que recibió un balazo esta mañana.
No podemos vivir así, aterrados y con temor de lo que pueda suceder por el capricho de algunos que tiene el poder.
Pero ¿qué podemos hacer? Primero que nada unirnos para clamar por la paz de nuestra nación y educar a nuestros hijos para que la busquen, por eso aquí te dejo mis 5Tips para construir la paz en familia.
PRIMERO. Educa en el respeto.
Esta es la base de todo porque si nuestros hijos saben respetar seguro que no se meterán en problemas porque no buscarán tener lo que no es suyo, tampoco buscarán pisotear al que se le ponga enfrente para obtener lo que quieren a cualquier precio.
Una forma muy fácil de enseñarles a respetar es que sepan que no todo lo que quieren, por solo desearlo, es suyo.
También es bueno que los enseñemos a compartir sus cosas con los demás, de esta forma sabrán que los demás merecen respeto y que valen porque son personas.
Si educamos así a nuestros hijos desde pequeños, estamos garantizando que de grandes no quieran dañar para obtener lo que ellos quieren.
Y esto comienza desde casa, con los hermanos. A veces pasa que dicen mentiras para pasarle la culpa al otro y que ellos no sean castigados, pero hay que explicarles que es mejor hacerse responsable de sus actos y recibir el castigo correspondiente a dañar a una persona injustamente.
Cuando mis hijos eran pequeños, siempre hablábamos con ellos para hacerlos pensar y lograr así que llegarán ellos a la conclusión de si lo que hicieron era un acto bueno o malo. Esto les ayuda a hacer conciencia e ir formando el criterio.
SEGUNDO. Que valoren y amen la vida.
Si tienen claro que la vida es un don de Dios y que vale mucho, estoy segura que siempre buscarán respetarla y cuidarla; y evitarán hacer cosas que puedan dañar su vida y la de los demás.
Esto se inculca desde pequeños, y cuando son adolescentes se pueden comenzar a ver los frutos, porque es el momento de tomar decisiones importantes, como cuando los amigos les ofrecen alcohol o drogas y ellos son capaces de no consumir lo que les ofrecen.
Para lograrlo es necesario educarlos desde pequeños. Enseñarles a que no arrebaten los juguetes que quieren, a que esperen su turno en los juegos, a que aprendan a perder sin enojarse, etc. mil detalles de la vida cotidiana nos pueden ayudar con esta tarea.
Es muy importante que nosotros les digamos cómo se debe reaccionar correctamente ante cada situación nueva porque ellos no nacen sabiendo todo esto y en verdad que aprenden de nosotros.
TERCERO. Los límites son indispensables.
Una herramienta básica para lograr que nuestros hijos amen la paz y la busquen ante cualquier circunstancia es ponerles límites claros.
Es una forma de irles guiando sin tener que estar detrás de ellos en todo momento.
Los límites son como las fronteras que no pueden pasar, pero que deben conocer y comprender para que se puedan desarrollar libre y sanamente.
A veces a nosotros los papás nos cuesta trabajo poner los límites claros, pero es necesario hacerlo sin sentirse culpable para que nuestros hijos los puedan distinguir y asumir.
Una forma muy sencilla es poner un reglamento familiar y escribirlo en un lugar visible y accesible para nuestros hijos. De ser posible que ellos también lo firmen o pongan su libre o si están pequeños su manita con pintura, de esta forma será claro y conocido lo que se puede y lo que no, en nuestra familia.
De vez en cuando es bueno revisarlo juntos para ver si hay necesidad de adaptarlo al tiempo que estamos viviendo. A nosotros nos ha funcionado muy bien.
Mis hijos ya son jóvenes y hasta la fecha saben que hay cosas que en nuestra familia no están permitidas y ya ni siquiera llegan a pedir permiso porque lo tienen muy claro.
CUARTO. Edúcalos con el ejemplo
Este punto es básico, debemos ser coherentes y hacer lo que les pedimos a nuestros hijos.
No podemos pedirles que no digan mentiras si nosotros decimos mentiras “piadosas”, no podemos pedirles que no digan groserías si nosotros hablamos usándolas, no podemos pedirles que no tomen cosas ajenas si nosotros somos de los que abrimos las cosas en el súper, tomamos el contenido y luego lo dejamos botado en cualquier anaquel.
Nuestros hijos nos observan siempre y aunque no nos demos cuenta, ellos aprenden de nuestras acciones y lo guardan en su entendimiento y cuando se necesita lo sacan de forma inconsciente.
Por esta razón debemos actuar coherentemente y estar atentos porque un mundo nos vigila. Seamos siempre de una pieza.
Y QUINTO. Ora en familia.
La oración es la herramienta más eficaz para educar a nuestros hijos para la paz y además para enseñarles a pedir por los más necesitados y los que más sufren.
Si los enseñamos a orar por los demás estamos preparando su corazón para que busquen siempre el bien de todos y no solo el propio, de esta forma los estamos vacunando contra el egoísmo.
Orar en familia edifica, fortalece y ennoblece. Además de que estaremos armando a nuestros hijos para toda la vida porque el que ora se reconoce necesitado de Dios y así Dios puede obrar en nuestras vidas y suscitar los grandes milagros que tanta falta nos hacen.
Hoy te invito a orar por la paz en nuestro país, regálame una Ave María para clamar a nuestra madre santísima que nos cubra con su manto y que interceda por nosotros para que alcancemos la paz.
Hoy por ellos… mañana por nosotros.
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