La profunda huella de Clive Staples Lewis

Las obras de C. S. Lewis divierten y ayudan a reflexionar. Dos de sus libros más conocidos son “Cartas del diablo a su sobrino” y “El diablo propone un brindis”.


Cartas del diablo 


Clive Staples Lewis, mejor conocido como C. S. Lewis, fue un célebre escritor inglés, apologista cristiano, destacado novelista y crítico literario. Nació en Belfast, Irlanda, en 1898 y falleció en Oxford, Inglaterra, en 1963.

Su familia era de religión anglicana. En su casa paterna existía una amplia biblioteca y se aficionó a la lectura fantástica. A los nueve años falleció su madre de cáncer y con el paso de los años su fe se fue enfriando. Luego se interesó por la mitología nórdica y griega, así como por el ocultismo.

Participó activamente en la Primera Guerra Mundial y resultó herido en combate. Este suceso, junto con la temprana pérdida de su madre, le forjaron una personalidad pesimista, solitaria y melancólica.

Lewis estudió en la Universidad de Oxford donde conoció a J. R. R. Tolkien, autor de El Señor de los anillos, quien influyó notablemente en su acercamiento a la fe. Cuando se publicaron los libros de Tolkien constituyeron un éxito editorial y sus películas resultaron taquilleras. Como buen amigo, Tolkien retroalimentó mucho a Lewis sobre la estructura y contenido de sus libros.

Originalmente C. S. Lewis se declaraba ateo, luego agnóstico. Pero poseía una admirable inteligencia y sorprendente capacidad de análisis.

Con las lecturas de las obras de Gilbert Keith Chesterton se percató de que el cristianismo tenía mucho de “lógica” y de ser bastante razonable, como por ejemplo en El hombre eterno. Es decir, Chesterton le mostró que no existía un choque frontal entre la fe y la razón sino que ambos conceptos se complementan y perfeccionan mutuamente. De esta manera se fue apartando de sus dudas existenciales.

A raíz de sus cambios profundos escribió Sorprendido por la alegría, Crónicas de Narnia, El mero Cristianismo, Cartas del diablo a su sobrino, El problema del dolor (1940).

En 1956 se casó con la poetisa norteamericana Helen Joy Davidman, a quien había conocido cuatro años antes. Vivieron felices una corta temporada. Inesperadamente a Helen le fue detectado un cáncer en el fémur. Le hicieron varias operaciones y su sufrimiento fue largo. Finalmente falleció en 1960, después de un corto viaje de este matrimonio por Grecia. Gracias a Lewis, ella también se convirtió al cristianismo. Con ocasión de esta experiencia escribió su libro Una pena observada (1961).

Sobre la vida de C. S. Lewis se filmó la espléndida película Tierra de penumbras protagonizada por Anthony Hopkins. En años anteriores, Lewis era conocido como el eterno profesor soltero de la Universidad de Oxford que pasaba su tiempo debatiendo con sus colegas. Aunque parecía poco interesado en el amor, Lewis acepta casarse con Joy Gresham, ya que la escritora buscaba asegurar su ciudadanía británica. Su original acuerdo legal, termina por convertirse en un romance y, cuando Joy descubre que tiene cáncer, su lazo se hace aún más fuerte.

Con ocasión de este suceso, escribe algunas luminosas consideraciones sobre el dolor. Dice que cuando experimentamos el placer y todo lo deleitable a los sentidos es una forma en la que el Señor nos habla en voz baja sobre las grandezas de su bondad y su creación.

Pero en cambio ese dolor grita en nuestro corazón, en nuestra mente y en todo nuestro cuerpo, se transforman en el altavoz que Él usa para hacer despertar a un mundo sordo e indiferente. Afirma: “Sin duda, el dolor ‘duele’ “. Por eso, todo dolor –bien enfocado– se puede convertir en una ocasión de amar más a Dios.

Por otra parte, sus libros Cartas del diablo a su sobrino y El diablo propone un brindis tuvieron un éxito arrollador porque se logra imaginar cómo discurre el maligno: El público, además de leer sus libros, le pide numerosas conferencias.

Señala, con agudeza, un aspecto revelador: el demonio no ataca en forma abierta o descarada, sino que su táctica habitual es hacerlo de una manera sutil y disimulada. Por ejemplo, en una familia normal y feliz o en un ambiente laboral agradable, va sembrando envidias, resentimientos, discordias, divisiones, traiciones y, en poco tiempo, genera un clima de odio, venganzas y rencores. Todo comienza con menudencias, con cosas pequeñas. Y partiendo de ahí, busca llegar a agresiones mayores.

Escribe estos libros de forma magistral y sus admiradores le pedían más y más libros y conferencias. Hasta que Lewis declaró en forma tajante: “¡Basta, ya no escribiré más sobre ese tema! ¿No se dan cuenta que es agotador redactar y hablar tal y como piensa el demonio? La naturaleza humana está hecha para realizar el bien y no para pensar siempre en cómo causar mal al prójimo.

Con el paso de los años, el serial de sus Crónicas de Narnia se convirtieron en un libro favorito de niños y adolescentes. En 2005 se llevaron a la pantalla El león, la bruja y el armario; en 2008, El Príncipe Caspián y La travesía del Viajero del Alba, en 2010. Estas películas confirmaron su difusión y popularidad. Cuando falleció, en 1963, había escrito más de 60 libros e interactuado con los grandes pensadores de su época. Sin duda, C. S. Lewis es uno de escritores que se leen con gusto, divierten y ayudan a reflexionar.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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