En memoria de mi madrina Lupita Velasco de Covarrubias.
El gobierno ha logrado dividir a la oposición entre quienes van y quienes no van a votar en las elecciones del 1 de junio. Pero, antes de culpar al gobierno, deberíamos de reflexionar si nosotros, “el resto” del país, los que no queremos esta tiranía, pusimos de nuestra parte para que estuviéramos divididos de esta manera.
¿Qué hicimos para llegar a este momento? O ¿será más fácil preguntarnos: qué no hicimos? No es mi intención regañar a nadie ni señalar culpables, sino más bien estar consciente de lo que al menos debimos haber intentado.
En febrero, debimos haber hecho foros para discutir si era o no conveniente participar en la elección judicial. El PAN, el PRI y hasta MC debieron haber reflexionado si llamaban o no a sus militantes a participar, pero no lo hicieron.
He de reconocer que Acción Nacional convocó a manifestaciones contra lo que llamó el “Fraude Judicial”, fueron varias las acciones, pero al final no pudo proponer claramente si aconsejaba o no participar en la elección judicial, únicamente denunció las anomalías, que no es cosa menor, pero no dejó claridad en el tema del voto. Ningún partido tuvo una reunión especial para dar a conocer su opinión o el resultado de su discernimiento.
No evaluamos las etapas conforme se concluían. Por ejemplo, hicimos llamados a que se participara en el proceso de elaboración de las listas, los comités fueron una farsa y no dijimos que mejor no se participara, es más, personalmente propuse que deberían inscribirse porque era importante conocer éste desde dentro, pero no nos organizamos para revisar y denunciar los criterios de designación, ni para reclamar el derecho que se le negaba a un ciudadano al no incluirlo para ser elegido pese a que llenaba todos los requisitos.
No nos organizamos para revisar quiénes, cumpliendo los requisitos, no habían sido integrados a las listas y conocer sus trayectorias. Ahí seguramente perdimos buenos ciudadanos que están dispuestos a trabajar por México y ni siquiera los tenemos identificados.
No entendimos o no fuimos capaces de defender mejor los derechos de un juez o magistrado que, ya con 60 años, no encontrará otro trabajo distinto al que lleva ya 30 años desempeñando. Por otro lado, a los que participaron como candidatos los recibimos con un “eso es una farsa”, sin analizar que quizás algunos de ellos significarían un contrapeso en un poder judicial alineado al poder.
La reflexión en comunidad nos ayudaría muchísimo a identificarnos. No es suficiente la discusión en un chat, es necesario mirarnos, reunirnos, conocer y discernir. Denunciamos una y otra vez, pero no dimos el siguiente paso. Como no tuvimos una decisión colectiva nos llenaremos de decisiones individuales desorganizadas.
Votaré en esta elección, porque personalmente me parece que es lo congruente, votaré en la medida en que encuentre candidaturas que conozca, respecto de los demás anularé mi voto. Votaré porque me parece que hay hombres y mujeres que se inscribieron de buena fe, como el joven que se acercó en un mercado y me pidió su voto y me convenció respecto de sus motivaciones y capacidades. Votaré porque muchas veces he pedido el voto y lo seguiré haciendo a pesar de las autoridades; votaré porque quiero hacer este ejercicio y poder denunciar el descuido y las irregularidades que se han dado y se vayan a dar. Votaré porque yo misma pedí que, quien cumplía con los requisitos, se inscribiera para ser candidato. Votaré porque no quiero que el 1 de junio sea un día de campo para el autoritarismo; votaré sabiendo que ha sido un dilema, pero que prefiero equivocarme en votar que en no votar. Voy a votar, pero respeto y entiendo por qué mucha gente ha decidido no participar y no ir a la casilla.
No convoco y lo único que pido es que distingamos entre no participar y abstenerse. Abstenerse significa separarse totalmente del proceso, sin opinar, sin actuar. A quienes han decidido no votar, les pido que no se abstengan del todo, que denuncien, que acudan a las marchas convocadas y que nos organicemos para la siguiente.
Vendrá el 2027, ahí también habrá elección judicial y vendrá unida con la del Congreso de la Unión. De una vez, tenemos que decidir qué haremos. No lo dejemos al final.
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