Habito de puntualidad

Consejos para impuntuales

La puntualidad no es un rasgo de la personalidad, sino un buen hábito que forma parte del orden. Es una filosofía de vida que respeta a los demás y permite vivir más tranquilo.



Las personas que llegan tarde sufren consecuencias negativas: falta de credibilidad (los demás ya no confían en ella); la impuntualidad es sinónimo de desorganización, de no tener palabra, de ser poco profesional.

Es un motivo de estrés para quien llega tarde y para quien espera y provoca el llamado efecto arrastre, terminan por desorganizar su agenda, su tiempo y el de sus acompañantes. La impuntualidad es contagiosa.   

¿Eres una de persona que nunca llega a tiempo? Estos son diez consejos para trabajar tu impuntualidad:

1. Detecta en que pierdes tu tiempo y limítalo: escribe en una agenda cuánto tardas en realizar cada actividad y cuadra lo que tienes planeado para que puedas llegar a todo. Tener una hora de inicio y otra de finalización también agilizará tu mente. Saber a qué hora acaba te permitirá divagar menos y centrarte en el tema. No te compliques: cumple con los horarios.

2. Organiza tus cosas: muchas personas impuntuales llegan tarde por falta de organización. Al salir de la casa les falta el celular, no encuentran las llaves, no saben dónde dejaron la agenda y un largo etcétera. Ten un lugar claro en que colocar lo que necesitas a la hora de salida o calcula previamente cinco minutos más para lo que tengas que hacer antes de la salida.  

3. Cuenta con un margen de error:  no establezcas los tiempos como si no existiera el tráfico o pensando en una reunión perfecta. Deja siempre un margen de 15 minutos. Si al final no hay ningún imprevisto y llegas antes, aprovecha para revisar la agenda, poner ideas en orden, o lleva un libro y lee. Es preferible aparecer 10 minutos antes que 10 minutos retrasado.

4. No postergues el momento de levantarte cuando suene la alarma: Uno de los mayores placeres para muchas personas es apagar el despertador y seguir durmiendo cinco minutos más. Si te gusta hacer esto déjalo mejor para los fines de semana, pero para los días en los que otras personas dependen de tu presencia. Pon el despertador lejos de la cama, de tal forma que manejarlo te obligue a salir de tu sitio cómodo. Y no vuelvas atrás.   Empieza tu rutina, pasa al baño, sírvete un café y ponte las pilas.

5. Calcula el tiempo que te lleva cada tarea de forma objetiva: No valores lo que te gustaría tardarte, sino lo que realmente inviertes. ¿Cuánto tiempo empleas en elegir la ropa, en desayunar, en maquillarte? ¿Cuánto tarda el trayecto de tu transporte, de caminar a la parada de autobús, al metro, hacer cola, sacar el boleto, bajar la escalera que te lleva al andén? Son muchas las personas que dicen que su camión tarda 10 minutos y salen de casa con los segundos justos pensando que los estará esperando a su llegada.      

Si a este cálculo irracional le añadimos el de comer, desayunar, las llamadas, reuniones, contestar correos…resulta que al final del día hemos dejado de contar por lo menos con un margen de dos horas.

6.Lleva reloj y consúltalo: El celular ha sustituido al reloj de muñeca, pero es más fácil mirar la hora en este que sacar el teléfono del bolsillo o de la bolsa.

7. Oblígate a llegar 10 minutos antes de cualquier cita: Por lo menos hasta que aprendas a manejar tu tiempo.   Cuando hayas conseguido este logro, te puedes proponer cinco minutos antes, y posteriormente, dos minutos antes. Así no fallarás nunca. Es preferible que tu esperes, a que tengan que esperarte los demás.

8. Planifica tu agenda con racionalidad: Su saturas tu agenda con muchas actividades y tiempos imposibles de cumplir, es normal que siempre llegues pasada la hora. Escribe en ella lo que es viable, con los horarios que emplearás para conseguirlo. Y al margen, en el mismo día, anota otros temas pendientes que no sean ni urgentes ni importantes y que, de sobrarte tiempo, puedes atender.

9. Si eres una persona olvidadiza, pon alarmas o anotas las cosas en tu agenda: La memoria de trabajo, también conocida como memoria a corto plazo, da para lo que da. Si abusas de su capacidad de recuerdo, olvidarás temas que deberás atender fuera de horario y desorganizaran lo que tenías en ese momento.

10. Aprende a decir NO: Las personas muy solícitas y serviciales sueles tener problemas para decir que no a las peticiones y favores de otros. Rehúyen el conflicto y valoran tanto su colaboración y ayuda que terminan por sobrecargarse.

Tener compromisos de más hace a tu agenda más lenta y retrasada. La persona que pide un favor cuenta con que no se lo puede hacer. Cumple primero con tus compromisos, y después si tú lo decides, dedica el tiempo a hacer las cosas de otros.

Recuerda: la impuntualidad habla mal de ti, no es buena compañera ni en tu profesión ni en tu vida personal.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

 

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