Cómo anular a una persona

Hace un tiempo leí un artículo de Ana Cristina Aristizábal Uribe titulado Cómo anular a una persona. Me pareció muy interesante y aplicable tanto a padres de familia, funcionarios públicos y empresarios del sector privado. Plantea lo siguiente:

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que enfrente los problemas de cada día, que tenga que resolver dificultades.

¿Lo has pensado? ¿Quieres anular a tus hijos o trabajadores? Regálale todo, la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evitas usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad.

Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada, como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido. Aquellos padres o sistemas que regalan todo, los vuelven pobres entre los pobres: carecen de iniciativa, desaprovechan sus talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos. 

Quien ha recibido todo sin esfuerzo alguno se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que solo se queja. Cree que los demás tienen la obligación de ponerle todo en las manos y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno. 

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa ayuda no llega, culpa a los demás por su desgracia. No por anularlo como persona, sino por no volverle a dar. 

Reflexiona si eres un padre o una madre demasiado consentidora, o bien, si formas parte de un sistema de trabajo que impide que tus hijos o quienes te rodean desarrollen su potencialidad para vivir.

Pareciera que la intención es buena, pero en realidad estamos creando monstruos que no sabrán valerse por sí mismos, esperando que los problemas en su vida se solucionen solos. 

Te invito a reflexionar si disfrazado de amor o protección estás anulando a tus hijos o trabajadores. Mejor eduquémoslos en la cultura del esfuerzo, la dignidad personal y la responsabilidad.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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