¿Quién le teme a Samuel?

(Nota: debo aclarar que, para conocimiento de los lectores, mi hijo, Juan Zavala Gutiérrez, participa en la directiva de MC).

Al parecer el PRI, PAN, PRD y lo que viene siendo el Frente opositor son los que temen a Samuel García. De otra manera no se explica el evento que realizaron ayer los presidentes de esos partidos y miembros del Frente en contra del gobernador de Nuevo León. Desde hace meses, los tres tristes dirigentes no dejan de exigir a los naranjas que se sumen a su causa. Lo hacen de una manera muy original para convencer: les llaman traidores, esquiroles, vendidos, apátridas, sirvientes de Obrador. Son maneras muy curiosas de tratar de seducir a alguien, pero no se puede negar que son originales.

Una vez que Morena tiene a Claudia Sheinbaum y el Frente a Xóchitl Gálvez, muchos urgían —urgen todavía— a MC, el partido naranja, a tomar una definición respecto de la candidatura presidencial. Morena espera que el partido naranja le quite votos a Xóchitl y el Frente quiere que MC no tenga candidato y que se adhiera a la campaña opositora. Para el Frente la única conducta democrática es respaldar su causa, adherirse, y para Morena lo democrático es acabar con Xóchitl. Por otro lado, muchos ven, o veían, a Marcelo Ebrard como posible candidato de MC en caso de salirse de Morena, pero todo parece indicar que el futuro de Marcelo es incierto y a la baja.

En esas exigencias estaban todos cuando al gobernador de Nuevo León decidió anunciar sus intenciones de lanzarse. Tiene todo el derecho de hacerlo. Las justas democráticas no pueden suponer que nada más compite el favorito de uno. Eso es autoritario y además muestra una enorme debilidad ¿No confía el Frente en su candidata? Las encuestas dicen que no sube y la más reciente, de Enkoll, muestra que Samuel no arrancaría mal, nada mal. De hecho, al margen de Claudia y Xóchitl como mujeres, lo cierto es que ambas son más bien candidatas urbanas, muy del centro y poco afectas al norte del país. Samuel se dio cuenta y ve una oportunidad. Y esa puede ser la definición tan exigida a MC. Puede no gustar, pero será su definición.

El día de ayer los presidentes del PAN, PRI y PRD decidieron anunciar que van contra Samuel y que no lo van a dejar ir a la contienda. Muy democráticos. El presidente panista, con esas dotes oratorias que le son conocidas, le dijo que “deje de estar chingando” y le llamó “Samuelito”. El inefable Alito dijo que “es una vergüenza que existan personajes como el gobernador de Nuevo León”. El chiste se cuenta solo. El del PRD también le dijo algo, pero a nadie le importa lo que diga el PRD.

Es claro que MC se encuentra entrampado. A pesar de gobernar más mexicanos que el PRI y, por supuesto, que el PRD, es considerado un “partido chico”. MC tiene los problemas de un partido en crecimiento, sus problemas son por tener poder, esto es, tiene lo que se conoce como happy problems. No es el caso de los demás partidos. Morena tiende a la división por la gran cantidad de puestos en juego y el PRIAN depende de lo que pase en la elección federal.

Creo que para el Frente lo mejor sería ocuparse de que su candidatada deje de ser una tuitstar y se convierta en candidata a la ofensiva. A menos de que piensen que están muy fuertes, muy sólidos y que entonces no tienen por qué temerle a Samuel. Aunque lo que dicen y hacen muestra todo lo contrario.

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