¿Qué tipo de presidenta quieren los mexicanos?

Estos días funcionan básicamente como la despedida del año. Bajan mucho la información y las noticias. Las campañas electorales entran en una fase de descanso en la que se aprovecha para planear y redefinir algunas estrategias por aplicar en enero. Eso será indispensable de hacer. Ojalá en la campaña de Xóchitl hagan a un lado esa idea de que “falta mucho tiempo”, “el partido no ha empezado”, porque lo cierto es que ya empezó y si no se ponen las pilas la gente no va a ir al estadio a echarles porras.

Ya en estos días se puede decir que la competencia presidencial estará entre dos mujeres. Eso mismo se decía hace unos meses hasta la irrupción de Samuel en la contienda que marcó por unos días una pauta de tres competidores –sobre todo para el segundo y tercer lugar–. Sin embargo, como todos sabemos, regresó no muy contento a su puesto de gobernador de Nuevo León para evitar que no lo dejaran volver a despachar como él quería y entonces la competencia se centrará, nuevamente, en Xóchitl y Claudia. No hay que negar que fue una exitosa movida estratégica del Frente para deshacerse de un peligroso competidor.

Claudia y Xóchitl, a pesar de que tienen marcadas diferencias en lo que representan, tienen muchas cosas similares como características personales. Por ejemplo:

-Ambas cuentan con estudios técnicos. Xóchitl es ingeniera; Claudia cuenta con una licenciatura en física y un doctorado en ingeniería ambiental. Eso nos pone ante dos mujeres que saben de procesos, objetivos y de trabajo ordenado.

-Las dos tienen 60 años; se llevan una diferencia de meses.

-Ambas son urbanas, absolutamente producto chilango. El tono que tienen al hablar las delata. Aunque Xóchitl tiene sus orígenes en una población indígena, lo cierto es que su desarrollo ha sido en la CDMX, al igual que el de su contrincante.

-Las dos estudiaron en la UNAM.

-Cuentan con experiencia de más de 20 años en la vida pública. En distintas funciones, pero las dos han destacado.

-Son mujeres independientes, que no se dejan. Más allá de las críticas propias de la circunstancia electoral, se puede afirmar que saben decidir por sí mismas.

Claudia ha puesto en el centro de la elección el asunto de cambio-retroceso o continuidad. Xóchitl parece ir marcando uno que habla de estancamiento o salir adelante. Sin embargo, quizá donde pueden estar las opciones por el liderazgo se pueden decantar por la parte personal en que difieren. Esto es: Xóchitl es alegre, suelta; Claudia es tiesa, tiene un rictus duro. Xóchitl es más fresca; Claudia, más estudiada, preocupada por el error. Este tipo de diferencias serán importantes también ante el electorado, que ya sabe que tendrá presidenta. El asunto es en un escenario en el que se conserva lo bueno que hay y se quita lo malo. ¿Qué tipo de presidenta quieren los ciudadanos?

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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