Los debates

El domingo pudimos ver el llamado ‘debate chilango’. Fue el tercero de esos encuentros que han tenido quienes aspiran a gobernar la Ciudad de México. En otras entidades también se llevaron a cabo los últimos de este tipo de ejercicios para las elecciones venideras. Queda como para el cierre de los debates el que se llevará a cabo el próximo domingo entre los aspirantes presidenciales.

Hay que decir que los debates en la CDMX salieron muy bien. La producción, la conducción, el formato y el empuje de los candidatos y la candidata permitieron tener eventos lucidores. Más allá de las preferencias individuales es claro que Santiago Taboada se llevó los tres eventos. Su carácter, la forma de exposición, sus reflejos fueron sin duda herramientas utilísimas en su desempeño. Brugada se mostró temerosa, trastabillaba y se confundía constantemente. No obstante, pudo colocar buenos golpes y también supo defenderse. Salomón Chertorivski parece haber cumplido con su objetivo que no sabemos bien a bien cuál es, pero él se muestra muy satisfecho con su desempeño.

¿Tres debates son muchos? A lo mejor. Me parece que el caso de la CDMX puede servir de ejemplo. No salió mal el tercer debate, pero lo cierto es que con dos hubiera sido suficiente (como dicen de los martinis: dos son suficientes, tres ya es exceso). Sin duda los candidatos tienen menos enjundia en el tercero que en el segundo. Claro, la campaña cansa, es agotadora y por más que se animen el cansancio hace de las suyas. Dos parece ser un buen número para contar con toda la energía de los suspirantes. De hecho, en el debate presidencial el número de ciudadanos que lo vieron subió considerablemente del primero al segundo. Esto tiene que ver con la atención que le dedican los electores a la información y a la conversación pública sobre las elecciones. ¿Verán más ciudadanos el segundo que el tercero? No lo sabemos todavía, pero no tardaremos en hacerlo. De cualquier forma, no se puede negar que han sido interesantes estos ejercicios.

Por supuesto que también hay debates para diputados, alcaldes, gobernadores y demás puestos de elección que han resultado de lo más floridos. Desde quien se pone a cantar o los retos a golpes, denuncias de todo tipo, promesas, odas a sí mismos, recuerdos de infancia y visiones de futuro. En ese sentido han llamado la atención los debates en Veracruz. En ese estado la competencia por la gubernatura, dicen los que saben, está cerradísima. Pepe Yunes contra Rocío Nahle. Es de todos conocida, porque ha sido un escándalo de proporciones nacionales, la marcada vocación que tienen la señora Nahle y su marido por el sector inmobiliario. Casas, departamentos, terrenos son cosa de todos los días que le aparecen a la señora, al grado que la ya se le conoce como “criminahle”. La señora, además, no es de Veracruz, es de Zacatecas. Y así se le han traído en los debates: la candidata de Zacatecas. La señora está hecha una furia. Ni siquiera se presentó a tomarse la foto oficial con los otros candidatos y los conductores.

Es claro que cuando hay, los debates pueden ser muy útiles. A ver cómo se pone el domingo.

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