Las botas del general

Y bueno, pasó lo que se esperaba. Solamente los incautos que votaron a favor de la iniciativa presidencial para militarizar años al país creían que el general iba a rendir cuentas al Legislativo. En un par de movimientos cancelaron las comparecencias del titular de la Sedena.

En varias ocasiones he comentado en este mismo espacio que llevamos varias semanas hablando del Ejército como tema principal, y no por las mejores razones. Una de esas malas razones es, precisamente, el general Luis Cresencio Sandoval. Sorpresivamente ávido de reconocimiento, proclive a la fama, gusta también de coquetear con la política, del pronunciamiento público y la lisonja mediática. Ya en alguna ocasión el general Sandoval advirtió a los opositores del presidente de rayar en la falta de patriotismo y cosas por el estilo. Después prosiguió con el empuje de leyes que extienden la presencia militar más allá de este gobierno y esta semana ya soltó una majadería contra diputados y senadores, cancelando sus reuniones en ambos recintos legislativos, para lo cual utilizó al que hasta hace poco fuera secretario de Gobernación y ahora es ujier del general: Adán Augusto López.

No ha dejado de sorprender el arrojo a los brazos militares del presidente López Obrador, pues llegó a la Presidencia sobre los hombros de los antimilitaristas más recalcitrantes. “El Ejército a los cuarteles”, “asesinos represores, es un honor estar con Obrador”, vociferaban con espuma en la boca. Bueno, pues las cosas no salieron como lo pensaban. Salieron peor de lo que algún día llegaron a imaginar en sus mentes libres del verde militar. Nunca ningún gobierno civil de la historia moderna de este país se había vuelto tan dependiente de la milicia como lo es el lopezobradorismo. Muchos de aquellos que exigían castigo a los militares ahora hablan en su defensa y se inclinan ante la bota que algún día repudiaron y hoy lamen con entusiasmo sin igual. Así las cosas y las botas del cambio.

Vivimos tiempos autoritarios, tiempos en que hay que señalar este tipo de actitudes por parte de quienes ejercen el poder. Si por un lado tienen una mayoría que imponen, además de hacer sentir el poder presidencial de manera desmedida, por el otro andan angustiados porque le hacen descortesías al general. Tanto poder para sentir que les abollan la armadura con un oficio. En efecto, el diputado de MC Sergio Barrera le hizo ver al general Sandoval que lo pertinente era reunirse con los diputados en la sede de San Lázaro. El general se sintió ofendido y mandó cancelar cualquier tipo de reunión. Se dio entonces la intervención del lacayo Augusto para decirle grosero al diputado. Es claro: el general tiene quien le limpie las botas.

Primero cancelaron la reunión en la Cámara de Diputados, y el día de ayer el Senado anunciaba que no comparecerían en ese recinto ni el general ni el almirante, que acompañarían a la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Hace unos días en el Senado algunos de los que votaron a favor de la conocida iniciativa alegaban que los mandos militares comparecerían ante esa instancia legislativa. Sí, cómo no.

Por lo pronto, queda claro que el general Sandoval les tiene tomada la medida de su lacayismo y que ellos ya le vieron las botas al general.

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