La chunga

La falta de seriedad se ha convertido en chunga oficial y el equipo gobernante es un elenco de carpa. En esas manos estamos.



La chunga, el desmadre y el desorden son columnas centrales de este gobierno. Muchas de las cosas moverían a risa si no fueran trágicas y lastimaran la vida de millones de personas. Los desaforados intentos del presidente con el famoso Penacho de Moctezuma serían simpáticos si no revelaran la torcida concepción que tiene del mundo y de la historia.

Ante el desastre mundial que implica la invasión a Ucrania por parte de Putin, la respuesta inicial del gobierno fue absolutamente débil y timorata. No era necesario que el presidente tuviera una clara idea de la geopolítica rusa o de la historia de la región. Bastaba con un par de consultas en la Cancillería y saber con quién estamos y con quién no. Para la tarde, Ebrard fijó con claridad la acertada posición mexicana. Por supuesto, se entiende que no somos una potencia y que nuestras definiciones no alteran los caminos de la guerra. Pero es necesario tener una definición en problemas de esta índole, son situaciones únicas por las que atraviesa el mundo de vez en cuando. Nadie propone que nos peleemos con Rusia –cosa que el presidente sí ha hecho con España y Austria–, ni que mandemos el avión presidencial, que no sale ni en rifa, cargado de bombas, pero sí saber que estamos en contra de la agresión y que somos solidarios con los agredidos. Esto le cuesta mucho trabajo al presidente entenderlo y más aún expresarlo.

Como el disparate es ya una política pública de la llamada cuarta transformación, no podían pasar 24 horas sin hacer algún despropósito en el tema. A la mañana siguiente de fijar posición el gobierno, el propio presidente salió con la ocurrencia de que iban a proponer en la ONU que se condenaran las invasiones de las potencias. De risa loca. No invadan nada más por convivir, dice el presidente. Insisto, podrían mover a risa si no fueran indicativos del nivel de conocimientos de nuestro mandatario. Bien dice Julio Patán que el presidente podría adjuntar a esa propuesta otras del tipo que haya paz en el mundo, que se acaben pobres y que todos seamos hermanos. El presidente confunde el orden mundial con los propósitos de las participantes de los certámenes de belleza.

Y claro, como el presidente se la vive en la chunga, sus subordinados no ven por qué no participar. Así, el secretario de Turismo, Miguel Torruco, aprovechó la invasión a Ucrania para mandar un saludo a la aerolínea del gobierno ruso, Aeroflot, e invitarlos a hacer negocios y que vuelen a la Ciudad de México. Se necesita tener viruta en la cabeza para hacer eso, pero es el nivel del secretario. En otro ámbito, el legislativo, la diputada Patricia Armendáriz, que ha sido una verdadera revelación en materia de disparates y tonterías, platicó en tribuna cómo participaba alegremente como testigo en la industria de los moches y la extorsión a alcaldes.

La falta de seriedad se ha convertido en chunga oficial y el equipo gobernante es un elenco de carpa. En esas manos estamos.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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