Sorpresa final

Después de la muerte un tanto sorpresiva del papa Francisco, prosiguieron los actos litúrgicos de su funeral muy solemnes y con gran asistencia de personajes y de feligreses que se reunieron para darle el último adiós. Después se anunció el cónclave y se creó una gran expectativa sobre el posible sucesor de Francisco, y no faltó hasta quienes abrieran apuestas sobre los posibles papables sin que a simple vista se viera un gran favorito.

El cónclave se inició el 7 de mayo a las 16:30 horas sin saber si sería corto o se extendería por el número de cardenales donde muchos no se conocían entre sí, sin embargo, el 21 de abril tras la cuarta votación salió el famoso humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina anunciando que la votación había concluido y que en pocos minutos se daría a conocer y se presentaría el nuevo sucesor de San Pedro que sería el número 267 de la historia.

Y definitivamente fue una sorpresa para la gran mayoría que se anunciara que el elegido era un cardenal de origen Norteamericano nacido en Chicago en 1955 llamado Robert Francis Prevost Martínez, primer papa de ese origen, pero la sorpresa se amplió cuando se supo que gran parte de su labor pastoral la realizó en Chiclayo, Perú, y que inclusive tiene también la nacionalidad peruana, con lo cual en una sola persona se reúnen las experiencias de dos culturas muy diferentes, la de los Estados Unidos y la de Hispanoamérica, o sea podemos decir en forma coloquial: dos en uno.

Otra sorpresa más fue cuando se dio a conocer el nombre que adoptaría como papa. Algunos pensaban que tal vez sería Francisco II, o por ejemplo Juan Pablo III, pero él decidió irse a la historia y adoptar el nombre de León XIV, explicando que lo hizo para recordar a León XIII, gran Papa que gobernó de 1878 a 1903, tiempo de grandes cambios entre un siglo y otro y recordado principalmente como lo dijo el nuevo Pontífice por su encíclica que fue la primera sobre temas sociales llamada Rerum novarum, que hablaba sobre temas de justicia social, de empleados, obreros y patronos en plena Revolución Industrial, y como lo dijo León XIV ahora estamos entrando en una nueva época con la llamada inteligencia artificial, por lo que seguramente en algún tiempo estará el papa tocando este tema tan interesante que tiene tantas aristas positivas y también negativas y peligrosas para la dignidad humana.

Habrá que esperar un tiempo razonable para poder conocer el camino por el que piensa el Papa conducir en primer lugar a la Iglesia y en segundo lugar la manera como se va a relacionar con el resto del mundo, esperemos con serenidad a conocer mejor a este nuevo sucesor de San Pedro.

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