Agua y aceite: ¿Pueden mezclarse?

Cuando, tras mucha discusión, finalmente se concretó el frente PAN, PDR y MC, muchos de los opinadores volvieron a la gastada frase: “el agua y aceite no se mezclan” dijeron, “según las leyes de la física”. Con lo cual ya se quedaron satisfechos y se sintieron relevados de demostrar por qué ese frente podría o no funcionar. Para empezar, si existen mezclas de agua y aceite: se les llama emulsiones. Se dan bajo ciertas condiciones, se pueden controlar y en algunos casos son bastante estables. Un ejemplo casero de una emulsión notablemente estable es la mayonesa. Ésta se compone mayormente de agua con aceite más el ingrediente que logra dar estabilidad, que es… bueno, el huevo. 


Frente Ciudadano


Pactos como estos se han dado bajo condiciones extremas, de presión política y de intenso descontento social. Y han requerido de valentía extraordinaria por parte de sus integrantes. Un buen ejemplo son los llamados Pactos de la Moncloa, los que lograron una transición democrática de muchos años en España. Requirieron mucha valentía de parte de Adolfo Suarez para enfrentar a los Franquistas que querían mantener la herencia de Franco, de parte de Santiago Carrillo para salir de la clandestinidad y arriesgarse a la prisión, de parte del sector privado para aceptar la legalización de los sindicatos izquierdistas. Y cuando hubo el intento de golpe de estado del teniente coronel Tejero, del Rey quién valientemente apoyó la transición e hizo fracasar el golpe. 

Ese es un ingrediente esencial para que un frente así funcione. Pero no es lo único. Hay que tener claro que una mezcla así no sirve para cualquier cosa. La mayonesa no sirve para freír ni para cocer. Hay que tener muy claro que el Frente que se propone puede servir para lograr una auténtica transición democrática, libre de populismo de cualquier signo. Pero posiblemente no logre resolver todos los males que nos aquejan, por lo menos en el corto plazo. Si solo obtiene una auténtica democracia y la aceptación del imperio de la ley en todos los ámbitos, iniciando la eliminación de los privilegios, habrá logrado su cometido. O sea que no habrá que sobrevender el Frente como el remedio a todos lo males de la nación. Hay mucho daño, es muy profundo y no se resolverá con el triunfo de un esquema, por importante que sea. No en un sexenio. 

Eso requerirá pedir paciencia a la ciudadanía. Y la ciudadanía no está para ser paciente. Habrá que pedirles a los miembros de las formaciones políticas que forman el Frente, paciencia y tolerancia. Para lo cual tampoco están preparados: cada uno tiene su propio dogmatismo y no están preparados para posponer la implementación de sus ideas.

¿Logrará su cometido el Frente? No me atrevo a pronosticarlo. Tampoco avalo a los que lo propusieron y se beneficiarían del mismo. Lo que sí puedo asegurar, con una probabilidad muy alta de acertar, es que las otras opciones políticas no nos traerán auténtica democracia ni una total ausencia de privilegios, ni siquiera una reducción importante de los mismos. Ojalá en ese coctel raro que es el Frente, haya sabiduría, paciencia y mucha valentía. Para bien de México.

 

 

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